Ayer se presentó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid el libro Rusia desde la cocina: cuchillo, cazo y tenedor para levantar un imperio (ed. Anaya, 2022) con el propio autor Witold Szabłowski acompañado por el periodista y escritor Rubén Amón y la traductora e intérprete Joanna Bardzinska. El encuentro fue organizado por el Instituto Polaco de Cultura y el Círculo de Bellas Artes dentro de las actividades de celebración de la presidencia de Polonia de la Unión Europea.
La fascinación de Witold Szabłowski por la gran política desde la perspectiva de la cocina le ha llevado a reunir ambos universos primero en Cómo alimentar a un dictador (ed. Anaya, 2021) y después en su último libro publicado en España: Rusia desde la cocina: cuchillo, cazo y tenedor para levantar un imperio (ed. Anaya, 2022). El autor muestra cómo la comida ha sido en Rusia una herramienta de propaganda, y no solo en la época soviética.
En su último libro el autor se pregunta: ¿Por qué Putin se inventó el mito de su abuelo, Spiridon Putin, como cocinero de las élites zaristas y soviéticas? ¿Cuál fue el menú de la cena que selló la desintegración de la Unión Soviética? ¿Por qué Brézhnev odiaba el caviar?
En el interesante coloquio con el periodista Rubén Amón, Szabłowski fue desgranando la cultura rusa a través de la cocina y el porqué se ha utilizado como arma propagandística.
Szabłowski afirmó entre risas: «Me sorprende que me hayan dejado escribir este libro en Rusia porque me dejaron entrar a las cocinas de los astronautas. Debe ser que pensaron al mirar mi currículum que no era peligroso».
El autor polaco habló de los diferentes capítulos del libro como el dedicado a las cocineras de Chernobyl:
«Escribí un capítulo sobre las cocineras que volvieron a Chernobyl y se contaminaron con la radiación. Era un grupo de 20 mujeres muy jóvenes entre 17 y 30 años. Nadie les dijo que ir allí era peligroso, algo muy habitual en la URSS. Les dijeron que les iban a dar 100 rublos y chocolate. Lo terrible al buscar la información sobre ellas es que sólo quedaban ocho. Las ocho estaban enfermas, su salud era muy mala, una de ellas llevaba alrededor de 30 operaciones.
Todas las historias de la URSS son crueles y grotescas. Imaginad la situación, Chernobyl, en llamas, gente muriéndose y la que no había muerto estaba muy enferma. En ese momento hay una comisión de personas para elegir cuál era el mejor comedor, algo que sólo se entiende si eras parte de la URSS y comprendes su mentalidad. Es como si les dijeran: vais a morir pero vais a tener una buena comida»
También habló de la comida como arma para envenenar enemigos, como en el caso de Nadia Krúpskaya:
«La viuda de Lenin murió envenenada y viene también la receta en el libro. A Stalin no le caía bien y estaba harto de verlo todos los días. Stalin le envió una tarta y a la semana ella murió».
El autor añadió que en el libro incluso se encuentra la receta del pastel y también por ejemplo la primera comida que tomó el astronauta Gagarin en el espacio.
Amón y Szabłowski dialogaron también sobre la difícil situación actual de Ucrania y el autor de Rusia desde la cocina dijo:
«Tiene la misma mala suerte que Polonia, porque tiene un vecino que es Rusia, que no acepta su soberanía e independencia. En Polonia lo conocemos de toda la vida, tenemos la conciencia que es un vecino que en cualquier momento puede atacarnos. Crecemos y nos educamos en esa idea.
Rusia no acepta la independencia de Ucrania. Piensan que son campesinos. Los llamaban hermanos, y esa no es una buena palabra para definirlos porque eso significa que los entiende como parte de ellos, no acepta su autonomía, quiere influir sobre Ucrania constantemente. No le deja ser parte de la Unión Europea.»
Amón preguntó a Szabłowski sobre la percepción de la Unión Europea sobre Rusia y el autor polaco contestó:
«Van a entender que Rusia es un peligro real. Aunque España está lejos geográficamente, Rusia ha demostrado que tiene influencia en todos los países, también en Estados Unidos como podemos ver ahora en su propio gobierno.»
A pesar de tratar temas tan complejos de política internacional, todo el encuentro se desarrolló en un ambiente muy relajado donde Szabłowski mostró su extenso conocimiento sobre la cultura rusa siempre con grandes dosis de sentido del humor.
La presentación terminó con aplausos al escritor y la firma de libros a los asistentes.
Más información
0 comments