Seddik Slimani – Artista Plástico

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«El tiempo pasa, pero la obra permanece»

 

Seddik Slimani es artista y sociólogo marroquí residente en España desde hace 12 años.
Su interés por la transformación de los pueblos y por el arte van de la mano, siendo su obra pictórica un reflejo de los cambios que se están produciendo en África y Europa desde el origen de las Primaveras Árabes.

De manera sutil a través de su obra y siendo la abstracción donde se siente más cómodo, Seddik Slimani denuncia el poder y la represión que se ejerce sobre el pueblo, la huída de los refugiados, las fronteras con las que se enfrentan en Europa y el dolor de sus historias personales.

Slimani es un artista observador y reflexivo preocupado por los problemas globales, rasgos que no oscurecen su optimismo por la creación de una sociedad mejor.

 

– Te formaste en Sociología en Marruecos, ¿por qué te decantaste por esta especialidad?

Por ser fiel a mí mismo, siempre he sido una persona observadora del entorno. Me gustaba el estudio de la sociología porque abarca el conocimiento de cómo funcionan las sociedades y las personas en su manifestación sociocultural, todo ello es de gran interés para mí.
Algo latía en el fondo de mi ser arrastrado por la belleza de Marruecos donde nací, su sencillez y su complejidad a la vez.
La vida y su modo de manifestarse, su diversidad me ha generado siempre preguntas, lo considero un misterio a desgranar. Miraba a mi abuela con su rostro surcado por bellísimas arrugas, ella irradiaba paz y sinceridad. Ese rostro me fascinaba y a la vez me planteaba interrogantes. Las charlas con ella y las preguntas que le hacía me sirvieron para conocer más en profundidad las tradiciones y el alma de mi pueblo. Así, lo que comenzó simplemente a través de mi curiosidad acabó creando una auténtica intimidad y complicidad entre nosotros…
Así iba descorriendo progresivamente el Velo de Isis, el conocimiento que se encuentra oculto y fui aclarando el misterio.
Con el paso del tiempo, sin pensar mucho me encontré navegando en el campo de las ciencias humanas.

 

«Miraba a mi abuela con su rostro surcado por bellísimas arrugas, ella irradiaba paz y sinceridad. Ese rostro me fascinaba y a la vez me planteaba interrogantes»

 

– Llevas pintando más de 20 años ¿de qué manera te iniciaste en el arte?

Recuerdo que en mi entorno social y familiar había ya un interés por el arte.
Particularmente me interesaba conocer quiénes fueron y cómo comenzaron su obra los primeros artistas, el arte rupestre. Las escenas representativas del ritual de la caza de animales de época prehistórica captaban mi atención.
Comenzaron a invadir mi mente y todo mi ser una variedad de imágenes que materializaba en una simple hoja de papel con ayuda de un lápiz. En el ambiente familiar fomentaban mi aún incipiente interés en el arte. Era solamente un niño y comencé a dar mis primeros pasos, todos los pequeños progresos que hacía me asombraban y me motivaban a continuar. No iba a clases de dibujo, era totalmente autodidacta. Recuerdo sentirme verdaderamente feliz con mis progresos.

Después he vivido intensamente diferentes etapas que me han llevado a un conocimiento más completo, más real, tanto de la sociedad como del arte. Con el paso del tiempo he ido enriqueciendo mi aprendizaje hasta llegar al arte abstracto e informalista con el que me siento identificado.

 

«He vivido intensamente diferentes etapas que me han llevado a un conocimiento más completo, más real, tanto de la sociedad como del arte»

 

– ¿Por qué te has decantado por la abstracción y el informalismo?

Mis primeras tentativas fueron en Marruecos añadiendo de manera intuitiva materias diversas a la superficie plana del lienzo. Los paisajes y los colores de mi país me llevaban desarrollar esta técnica de manera natural. Con el paso del tiempo a mi llegada a España descubrí que grandes artistas ya habían trabajado de la misma manera.

Rebosaba de alegría al encontrar a artistas que habían sido pioneros de esta revolucionaria forma de expresarse, un arte que para mí es más completo. Aún sintiéndome ligado al movimiento abstracto, soy el inconforme de siempre, como cuando era niño. Quién sabe lo que me deparará el destino.

Han sido multitud de emociones, de pensamientos, de sentimientos los que han ido floreciendo en mi interior, como la semilla que cae en la tierra y paulatinamente va germinando. Así fue operándose una transformación en mi interior, que me llevó a enfrentarme, cara a cara, no solo con la belleza sino con lo que subyace tras de ella. Hay un misterio en todas las cosas que es perceptible solo para aquellos que se atreven a descorrer ese velo, el velo del arte, ese arte con mayúsculas.

 

«Aún sintiéndome ligado al movimiento abstracto, soy el inconforme de siempre»

 

«Hay un misterio en todas las cosas que es perceptible solo para aquellos que se atreven a descorrer ese velo, el velo del arte, ese arte con mayúsculas»

 

– ¿Qué materiales utilizas para crear tu obra?

Cualquier material puede ser útil y sugerente cuando el afán creativo te induce a buscar posibles aplicaciones…cada uno de ellos te remite a un lugar o a una situación por su textura o su color. Estos pueden ser, un trozo yeso, cartón reciclado, madera, harina, marmolina, carbón vegetal, telas, cuerdas…la lista sería muy larga.

– Tu primera incursión exponiendo en Europa fue en la Feria Internacional de Marsella en Francia ¿qué acogida tuvo tu obra?

La exposición celebrada en la feria internacional de Marsella fue interesante y mi obra tuvo buena acogida pero, aunque esta ciudad es un centro artístico importante, Madrid era -según las noticias que me llegaban de distintas fuentes- la ciudad que realmente me convenía para mi crecimiento y mi desarrollo en el mundo profesional del arte contemporáneo. Esta ciudad  ha dado grandes artistas o también los ha acogido, y es referencia en el mundo por su creatividad.
Así, de esta manera y en poco tiempo giré mis talones mirando a Madrid. Me llamaba, no podía resistirme. Compré el billete hacia España y por fin me encontré en la capital que acariciaba en mi pensamiento.

– ¿Cómo fue tu llegada a España y en qué momento te encuentras ahora? ¿qué ha significado Madrid para ti?

Mi llegada a España es la de un hombre con escaso dinero en su bolsillo y el corazón lleno de riqueza para comenzar a desarrollar mi obra. La poca familia que tenía en Madrid, salió a recibirme y se volcó conmigo, mi llegada no pudo ser más feliz. Ellos me orientaron, escuché todos sus consejos, pero mi preocupación fundamental en aquellos momentos  pasaba por cómo podría conseguir lo más básico para comenzar…desde un trabajo con el que pagar facturas a un estudio donde desarrollar mi obra. El motivo por el que vivimos y luchamos… finalmente se impone.

España me ha acogido con los brazos abiertos, más de lo que yo pensaba, y gracias a las nuevas amistades con artistas y posibilidades como las que tiene Madrid, solo puedo dar gracias a la vida. Con España siento que de alguna manera tengo una deuda, porque bajo su cielo mi nombre y mi trabajo puede llegar a ser conocido y reconocido. Tengo que darles así las gracias a todos cuantos me ayudan a continuar este camino.
Madrid representa el crecimiento que cualquier artista puede necesitar, para mí es un lugar de oportunidades. ¿Qué más puedo decir?
De Madrid al Cielo
Eso dicen los castizos (risas)

«Madrid representa el crecimiento que cualquier artista puede necesitar, para mí es un lugar de oportunidades»

 

– Tu estudio se encuentra en La Silvestre, en Madrid, un espacio multidisciplinar compartido con otros artistas plásticos ¿cómo es tu trabajo allí?

La Silvestre es el centro de ensayo e investigación que comparto con artistas de diferentes procedencias, esto lo hace muy enriquecedor. Allí se encuentra mi estudio en el que trabajo todas las semanas. A diario buscamos nuevos materiales con los que poder obtener algún producto aún no conocido para incorporarlo a nuestra producción.
Nos constituimos como un grupo que busca transformar los métodos y técnicas tradicionales, porque para nosotros en el cambio de procedimientos creativos es donde se genera la revolución, como ocurrió con el informalismo y tantos otros estilos artísticos.

 

Seddik Slimani en su estudio en La Silvestre

 

En La Silvestre recibimos con frecuencia la visita de galeristas, historiadores, comisarios o periodistas que se vienen interesando por nuestra actividad y comentamos con ellos nuestro trabajo. También participamos en iniciativas como Open Studio para dar a conocer nuestra obra a profesionales y al público general.

 

«En el cambio de procedimientos creativos es donde se genera la revolución»

 

– ¿Cómo es tu relación con el artista y galerista Carlos Moltó?

Tengo un agradecimiento muy personal a Carlos, es un gran artista y siempre he tenido muy en cuenta su opinión. En mis primeros pasos en el mundo del arte en Madrid se constituyó en mí guía y sigue representando para mí un gran maestro del cual siempre recibo un punto de vista interesante y diferente que ayuda a desarrollar mi obra. He sido invitado por él para exponer en su galería gran parte de mi trabajo. Es un placer tener profesionales como él con los que poder trabajar e intercambiar opiniones.

 – Tu trabajo está influenciado por la Primavera Árabe ¿qué ha supuesto para ti y tu entorno este movimiento social? ¿de qué manera afecta a tu obra?

La Primavera Árabe ha supuesto no solo para mí no sino para el mundo entero la visión de unos acontecimientos que han provocado mucho sufrimiento. Esta “primavera” ha impactado en muchos artistas sensibles a las grandes tragedias humanas.
Como fenómeno sociológico, se ha producido con unas características muy particulares y ha supuesto, en gran parte, la lucha por los ideales humanos de igualdad y respeto, la búsqueda de una mejor justicia social.
Esta justicia social la hemos visto reflejada de modo muy positivo en mi tierra, Marruecos, donde progresivamente se van escuchando las demandas del pueblo y no ha habido un enfrentamiento tan violento.
En mi trabajo -y también en mi manera de pensar- hay un desarrollo paralelo entre la comprensión de la historia y del arte que me provoca una especie de “cambio de coordenadas” y que se refleja en mi obra. Así mis primeros comienzos frente al lienzo son los de plasmar a todos los protagonistas de esta primavera: pueblos que sufren y gobiernos dispuestos a mantener su óptica tradicional.
Surge la silla o la poltrona como expresión simbólica del poder que se asienta sobre ella y su actitud de mantenerse sentado, de inmobilismo.
Pero el lamento de las víctimas que sufren esa opresión afectan a mi ánimo y tengo que reflejarlo en mi pintura de alguna manera, casi a modo de terapia. Ahora mi atención se centra en buscar los materiales que puedan recordar esa opresión, como las cuerdas o los paños de las ropas de los refugiados. Creo que en cierto modo lo voy consiguiendo, pero mi satisfacción no es completa, necesito introducir algo nuevo que refleje con más precisión mis preocupaciones.

 

«En mi trabajo -y también en mi manera de pensar- hay un desarrollo paralelo en la comprensión de la historia y del arte que me provoca una especie de “cambio de coordenadas” y que se refleja en mi obra»

«El lamento de las víctimas que sufren esa opresión afectan a mi ánimo y tengo que reflejarlo en mi pintura de alguna manera, casi a modo de terapia»

 

– Clasificas tu obra en dos etapas ¿cómo se diferencian y qué motivó el cambio de una a otra?

Mi obra podría resumirse en principio con los temas de la poltrona o la silla del poder y una segunda etapa abarca el tema de los refugiados y como consecuencia las fronteras, las que miles de seres humanos intentan traspasar para llegar a otras naciones.
La primera etapa es una pintura bidimensional, en la que aplico pigmentos con arena y polvo de mármol.
La segunda etapa surge de la necesidad de que lo pintado sobre el lienzo en dos dimensiones no resultaba suficiente para reflejar o aportar una “información más completa” sobre lo que me preocupaba, los refugiados. Así surge la introducción de determinados materiales que aportan tridimensionalidad al lienzo como las cuerdas o los paños, que hacen referencia a esas personas y esas fronteras.

 

 

 

– En tu última etapa, te has centrado en el drama de los refugiados, ¿cómo se refleja en tu trabajo?
Suelo mantener contacto con instituciones dedicadas al asilo de los extranjeros en España, es una buena ocasión para conocer mejor y más en directo su historia, sus dificultades y sus penurias. Sus testimonios me impactan tanto que en ocasiones abandono la hora de la comida para ir al estudio y reflejar en todo lo posible lo acabo de escuchar de sus relatos. Tengo una tendencia a observar a los demás, ya sea como sociólogo o como artista, y no puedo evitar sentirme identificado con su sufrimiento. Ellos representan la cara y la cruz de una misma moneda: una que sonríe y la otra…bueno, mejor no hablar de la otra cara…

Ésta es la que considero mi misión como artista: trasladar al lienzo la empatía que siento con el dolor de los que sufren. En ocasiones no hay obra pictórica con que pueda describirlo

 

«Ésta es la que considero mi misión como artista: trasladar al lienzo la empatía que siento con el dolor de los que sufren. En ocasiones no hay obra pictórica con que pueda describirlo»

 

– ¿Cómo ves la situación de Marruecos en este momento? ¿Y de España?

Ambas naciones están viviendo profundas crisis que afectan a la educación, la sanidad, la justicia…pero esto también ocurre a nivel global, todos los países están sufriendo una transformación. Nuestro mundo, nuestra tierra está viviendo una crisis en todos estos aspectos, espero que sea solo un episodio pasajero.

Pero soy optimista. España es un país acogedor como pocos hay en el mundo y Marruecos está muy próximo, sólo catorce kilómetros que separan ambas orillas. La relación entre ambos países es buena dentro de las dificultades que surgen.

–  Dónde te gustaría ver expuesta tu obra en el futuro y qué tipo de contactos profesionales te gustaría establecer.

En este momento estoy interesado en contactar con galerías de arte, y estoy dando a conocer mi obra a historiadores del arte, gestores culturales y comisarios en mi taller.
Pero sé que es un camino largo, y para alcanzar una meta alta uno tiene que pasar antes por otras etapas. El mundo del arte contemporáneo es además competitivo y todo ocurre muy rápidamente. El tiempo pasa, pero la obra permanece. Poco a poco el público va conociendo y apreciando mi obra, así como el valor que representa. Desearía que mi obra fuera apreciada por lo que aporta y representa para la humanidad.

 

«Desearía que mi obra fuera apreciada por lo que aporta y representa para la humanidad»

 

– Un deseo que te gustaría se hiciera realidad

Mi gran deseo es, que un día no muy lejano, los seres humanos sean libres de la esclavitud. Que por fin se acabe con el triste tema de los refugiados, que las sillas y las alambradas desaparecieran por completo…
Y en su lugar ver caras sonrientes y un nuevo mundo donde la paz, la belleza y la felicidad nos una a todos.

 

«Mi gran deseo es, que un día no muy lejano, los seres humanos sean libres de la esclavitud. Que por fin se acabe con el triste tema de los refugiados, que las sillas y las alambradas desaparecieran por completo…»

 

 

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