«Lo más importante, más que imponer un estilo, es comunicar lo que el cliente necesita» Se ha ido ya mamá – Estudio de Diseño Gráfico
Cristina Viejo y Graciela García llevan más de diez años al frente de Se ha ido ya mamá, un estudio de diseño especializado en Branding. Dicen que les diferencia de otros estudios las tres «Ces»: Cercania, Calidad y Calidez y que la gran compatibilidad de sus caracteres y la constancia han sido factores decisivos para salvar las dificultades que se les han planteado en estos años.
Después de una larga temporada desarrollando proyectos para clientes nacionales, se han abierto al mercado estadounidense, que perciben más estable y con el que se encuentran satisfechas.
Conversamos con ellas sobre la trayectoria de su empresa en su estudio en pleno centro de Madrid entre risas y anécdotas. Para YanMag es un placer poder entrevistarlas.
– ¿Dónde os formasteis y cómo pensáis que esta formación ha influido en vuestra trayectoria profesional posterior?
Cristina: Estudié Marketing y Gestión Comercial en la Cámara de Comercio de Madrid y la Universidad Autónoma e hice mi máster en ESIC en Publicidad y Comunicación Empresarial. Mi formación tuvo un componente práctico muy fuerte, lo que me facilitó en su momento el salto entre universidad y mundo laboral.
Graciela: Yo estudié Bellas Artes en Madrid, aunque hice una especialidad de diseño en Inglaterra durante mi Erasmus, considero que prácticamente todo lo que sé lo aprendí trabajando y observando. Hice dos prácticas en pequeñas empresas, trabajé en una agencia y siempre había realizado trabajos por mi cuenta antes de crear Se ha ido ya mamá.
– ¿Cómo os conocisteis y qué os llevó a crear la empresa Se ha ido ya mamá?
Graciela: Nos conocimos en 2006 trabajando en una agencia de publicidad de Madrid. Cristina era la Directora de Cuentas y yo era la Directora de Arte. Queríamos disfrutar del proceso, mantener siempre el espíritu lúdico del trabajo creativo y ser las dueñas de nuestro tiempo. Así que dimos el salto.
La gente a menudo nos pregunta por el origen de nuestro nombre. Es una declaración de intenciones, se trata de traer al presente esa creatividad traviesa que se despertaba cuando nos quedábamos solas en casa de niñas. Así, la pregunta “¿Se ha ido ya mamá?” es como una contraseña que nos preguntamos para empezar a jugar. No queremos pasar ni un día sin disfrutar y crecer en nuestro trabajo.
– ¿Cómo fueron los comienzos?
Cristina: Duros e ilusionantes. Nos pasó de todo, estuvimos a punto de asociarnos con gente de lo más variopinta, de los cuales curiosamente ninguno diseñaba. Fuimos a muchos eventos y nos codeamos con gente con la que nunca habríamos hablado.
Graciela: Fue curioso. Como nos lanzamos a la piscina sin clientes, tuvimos que movernos mucho lo cual no estaba mal teniendo en cuenta que nos pasábamos el día trabajando en pijama en casa de nuestros padres. Era como una doble vida. Menos mal que la vivimos y menos mal que pasó (risas).
– ¿Qué labores realizáis cada una en la empresa?
Cristina: Graciela es la Directora de Arte y yo llevo la Dirección de Cuentas y la gestión del día a día del negocio. Somos como el hemisferio derecho y el izquierdo del cerebro. Siempre decimos que somos nuestro matrimonio más estable porque la verdad es que no discutimos, no sabemos porqué pero no nos hace falta, nos entendemos bien.
«Somos como el hemisferio derecho y el izquierdo del cerebro. Siempre decimos que somos nuestro matrimonio más estable»
ESTILO Y METODOLOGÍA
– ¿Qué pensáis que os diferencia de otros estudios de diseño y cuál es vuestro método de trabajo?
Cristina: Quizás se podría resumir en tres “Ces”: cercanía, calidad y calidez.
– Ofrecéis branding, diseño editorial, gráfico, web, infografías e ilustración ¿cómo definiríais vuestro estilo?
Graciela: Mmmm… qué difícil. Supongo que debemos tener algo parecido a un estilo, o eso nos dicen. En cualquier caso para nosotras lo más importante, más que imponer un estilo, es comunicar lo que el cliente necesita y eso a veces implica tratamientos muy diferentes. Eso sí, siempre intentamos que sea fresco y que tenga alma.
«lo más importante, más que imponer un estilo, es comunicar lo que el cliente necesita»
- ¿Cuáles son los proyectos que habéis desarrollado de los que os sentís más orgullosas?
Cristina: Hemos disfrutado mucho creando la gráfica de “Nuestros Museos” para el Ministerio de Cultura, fue un trabajo fluido y agradable, con buenos resultados. También las infografías que hemos realizado para la Comisión Europea.
Graciela: Pero quizás nuestro trabajo preferido fue la creación del naming y marca de Nimio, un laboratorio de ideas que se ocupa del diseño y la fabricación de muebles y objetos de madera.
– Vuestro trabajo ha sido premiado por Index Book y Growing Graphics, además de obtener el reconocimiento por VII Festival de Cine de Alicante por el diseño de su cartel, ¿cómo surgieron estas experiencias?
Graciela: En realidad no le damos mucha importancia o espacio a los concursos y galardones. Son iniciativas que tomamos cuando tenemos tiempo. Nosotras trabajamos siempre con el mismo horario, tengamos mucho o poco trabajo. Somos bastante “alemanas” para eso así que cuando las cosas están flojas invertimos tiempo en reconocimiento, captación, etc los concursos o enviar nuestros trabajos a iniciativas de diseño forman parte de estas acciones. Sin embargo cuando tenemos mucho lío nos ponemos música de esclavos de galera y remamos como si no hubiera mañana (risas).
Cristina: Estamos convencidas de que el éxito de nuestra empresa tiene que ver con haber tenido la grandísima suerte de encontrarnos. Somos increíblemente compatibles y eso hace las cosas más fáciles. Nos preguntabas por los concursos y hemos terminado hablando de otra cosa. En realidad lo vemos un poco así: la clave para salir adelante y evolucionar tiene que ver 100% con el equipo humano, Se ha ido ya mamá somos nosotras. Tenemos algunos reconocimientos pero en realidad nunca hemos invertido demasiado en mirarnos desde fuera, lo importante es disfrutar de nuestro día a día y cumplir, estar siempre y a ser posible por encima de las expectativas de nuestros clientes.
«Estamos convencidas de que el éxito de nuestra empresa tiene que ver con haber tenido la grandísima suerte de encontrarnos. Somos increíblemente compatibles y eso hace las cosas más fáciles.»
CLIENTES
– ¿Cómo es vuestra relación con el cliente y de qué manera os adaptáis a cada proyecto?
Graciela: Lo más importante es la fase de escucha, lo demás viene solo.
«Lo más importante es la fase de escucha, lo demás viene solo»
– Habéis realizado proyectos para importantes instituciones como el Ayuntamiento de Madrid, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte o la Unión Europea, ¿cómo han sido estas experiencias con grandes equipos?
Cristina: Han sido bastante gratas. Lo único que podríamos criticar es que a veces los tiempos se alargan mucho innecesariamente porque los procesos de decisión se demoran. Suelen tardar lo mismo en corregir que nosotras en crear. También somos más tolerantes a eso porque en general están mejor pagados que los proyectos privados.
– En los dos últimos años vuestro principales clientes son de Estados Unidos, ¿qué proyectos realizáis para ellos? ¿habéis encontrado diferencias con la forma de trabajo en España?
Cristina: Nuestro principal cliente se dedica a marketing de aplicaciones móviles y funcionamos como su departamento de diseño externo. También tenemos otro buen cliente del sector de la nutrición. Ambos están en EEUU y la mayor diferencia que hemos encontrado en la forma de trabajar tiene que ver con el respeto y la confianza.
«la mayor diferencia que hemos encontrado en la forma de trabajar tiene que ver con el respeto y la confianza»
Graciela: En el trato b2b con empresas españolas a menudo se percibe una crispación de fondo que en realidad no tiene porqué estar y proviene, a nuestro modo de ver, de una forma antigua, insegura y recelosa de ver la vida. Moverse creyendo que uno tiene algo muy precioso que los demás le quieren arrebatar y que debe ser astuto para que eso no pase. Algo así como estar a la defensiva y ser agresivo al mismo tiempo.
«con empresas españolas a menudo se percibe una crispación de fondo que en realidad no tiene porqué estar»
FORMACIÓN
– Impartís periódicamente cursos de formación para emprendedores, como los que realizasteis para AJE Madrid y Madrid Emprende, ¿qué problemas se encuentran habitualmente las personas que comienzan una aventura empresarial?
Cristina: Hace un par de años que no impartimos formación porque tenemos mucho trabajo y estamos más orientadas a la colaboración con compañías más grandes e internacionales. Entre los emprendedores con los que hemos tratado hemos visto de todo pero hay un perfil que suele tener poco éxito y es el que pretende abarcarlo todo. Los proyectos que mejor prosperan son concretos y flexibles. Aquellos que son escalables, que escuchan cómo respira la demanda y se adaptan sin dispersarse.
«Los proyectos que mejor prosperan son concretos y flexibles. Aquellos que son escalables, que escuchan cómo respira la demanda y se adaptan sin dispersarse.»
TRAYECTORIA
- Lleváis 10 años con la empresa, algo de lo que pocos estudios pueden presumir en España, ¿qué balance hacéis de estos años y cómo ha evolucionado el sector en vuestra opinión?
Graciela: Han sido diez años ricos y nutritivos. Como decíamos al principio, hay fases a las que no volveríamos porque todo tiene su momento. No volveríamos por ejemplo a ese tiempo de intensidad comercial frenética. Estuvimos dos años en los que Cristina se levantaba los viernes a las 6 de la mañana para ir a desayunar con ejecutivos para hacer intercambio de recomendaciones. ¡Imagínate hacer networking con semejante sueño! (risas) Por suerte esa época de sobre-esfuerzo pasó y ahora sólo nos quedan las anécdotas y algunos amigos de sectores que nunca hubiéramos pensado conocer.
Cristina: Podemos concretar nuestra historia en tres fases:
La primera sería la de arranque, que duró unos tres años y fue dura y excitante porque arrancamos sin una cartera de clientes. Tuvimos que desarrollar muchas capacidades que no teníamos y vencer muchos miedos. Teníamos a nuestro favor que aún no había comenzado la crisis en España y que éramos tan jóvenes que caíamos en gracia en los eventos a los que asistíamos para conocer gente y hacer contactos. Luego, poniendo mucho énfasis en la calidad del trabajo, empezamos a funcionar también con el boca a boca y a fidelizar clientes.
«arrancamos sin una cartera de clientes. Tuvimos que desarrollar muchas capacidades que no teníamos y vencer muchos miedos»
La segunda fase tuvo otro tipo de dureza, en España estábamos en plena crisis y nuestros clientes institucionales y empresas grandes de pronto parecían haber desaparecido. Tuvimos que dirigirnos hacia donde había demanda: los pequeños emprendedores. Personas que movidas por la situación buscaban cómo reinventarse. Para contactar con ellos impartimos formación de marketing y diseño en asociaciones y diversos organismos de emprendedores.
Graciela: Fue bonito ayudar a personas muy diversas con proyectos muy distintos pero también agotador. Son proyectos poco rentables a los que se dedica mucho esfuerzo y cuyos clientes no tienen una demanda recurrente de necesidades gráficas con lo cual, aunque los hayas fidelizado, no vuelven a pedirte algo hasta varios meses después.
«Fue bonito ayudar a personas muy diversas con proyectos muy distintos pero también agotador»
La tercera fase, en la que enmarcamos los últimos tres años, es la que consideramos de madurez. Para nosotras empezar a trabajar con clientes internacionales, en particular de EEUU ha marcado un antes y un después.
Nuestra calidad de vida, estabilidad y satisfacción en el trabajo ha mejorado un 300%. Con esto no queremos decir “España es terrible y EEUU es lo mejor”. Pensamos que en España hay mucho, mucho talento y mucha gente que trabaja de forma profesional, que confía, cumple y tiene éxito. Sin embargo pensamos que hay un lastre que entorpece el desarrollo de los proyectos y es la cultura de la chapuza. Si las personas que toman decisiones en el mundo de los negocios confiaran en que cuando se invierte en buen diseño se recogen los beneficios, no sería necesario moverse en un ambiente de precariedad y desconfianza en el que se espera dar muy poco y recibir mucho y de forma casi milagrosa.
«Si las personas que toman decisiones en el mundo de los negocios confiaran en que cuando se invierte en buen diseño se recogen los beneficios, no sería necesario moverse en un ambiente de precariedad y desconfianza en el que se espera dar muy poco y recibir mucho y de forma casi milagrosa»
– ¿Que consejo daríais a una persona que empieza en el mundo del diseño en este momento?
Graciela: El consejo sería ser responsables, no hacer nunca nada que no les resulte ético, que respeten su trabajo y el trabajo de todos y no acepten nunca condiciones indignas. Que no renuncien al lado “educativo” que tiene nuestra profesión, aunque a veces sea un poco pesado.
– ¿Qué proyectos os gustaría realizar en el futuro y cómo os veis dentro de 10 años?
Cristina: Esta pregunta nos ha resultado muy curiosa porque nos descubrimos “muy en el presente”. No nos proyectamos porque nuestra ambición es ser felices y ahora tenemos comodidad y libertad. Últimamente empezamos a coquetear con la idea de trabajar desde distintas partes del mundo y combinar los viajes con el trabajo. Por ejemplo le estamos dando vueltas a ir a China el año que viene.
«No nos proyectamos porque nuestra ambición es ser felices y ahora tenemos comodidad y libertad»
PERSONAL
– Cristina, entre tus pasiones dices que se encuentran la neurología, la sociología, la estadística y los estudios de mercado además de la tecnología
Escribí esta descripción hace varios años para una red social. En la actualidad me mueve menos el ensayo y más la poesía, Salt de Nayyirah Waheed, Milk and Honey de Rupi Kaur y Bone de Yrsa Daley-War han sido mis tres libros de cabecera este 2017. Pero si tuviera que nombrar una pasión, sería viajar, nada me llena tanto como descubrir personas y lugares nuevos.
«nada me llena tanto como descubrir personas y lugares nuevos»
– Graciela, además de tu trabajo en Se ha ido ya mamá eres especialista en arte outsider, siendo comisaria de exposiciones y marchante para galerías ¿cómo desarrollas esta faceta?
El arte outsider o bruto es mi particular rincón de contacto con algo que me recarga las pilas: la capacidad de las personas para canalizar las adversidades de la vida y transformarlas en arte y belleza a través de la creatividad.
El arte outsider estudia las manifestaciones artísticas que suceden en los márgenes sociales y son desarrolladas por personas que crean porque no tienen otra opción, no les mueve tanto querer ser artistas como una necesidad imperiosa de expresarse. Personalmente me resulta terapéutico y refrescante. Es un buen contrapunto al mundo del diseño en el que todo tiene que ser funcional y efectivo.
Mis proyectos vinculados a este tipo de arte caminan en paralelo a mi trayectoria con Se ha ido ya mamá.
Les dedico mis ratos libres, a veces más y a veces menos. En estos momentos por ejemplo trabajo en la reedición de mi libro “Arte outsider. La pulsión creativa al desnudo” y en el comisariado de una exposición sobre una mujer de Martorell que tenía un museo secreto en su casa.
No puedo dedicarle una gran cantidad de tiempo porque mi actividad principal la desarrollo en Se ha ido ya mamá pero por suerte, hay muy pocas personas en España que se dediquen a ello y la gente me llama y me proponen cosas maravillosas ¡no me puedo quejar!
«el arte outsider me resulta terapéutico y refrescante. Es un buen contrapunto al mundo del diseño en el que todo tiene que ser funcional y efectivo»
– ¿Cómo es vuestro tiempo libre?
Cristina: Repleto y sencillo. Soy un ser activo y de asfalto, me encanta el bullir cultural de las ciudades y sentir que alimento mi cabeza, que estoy aprendiendo, quizá por eso no digo nunca que no a una aventura.
Graciela: Cada vez disfruto más del dolce far niente aunque se me da espectacularmente mal. Tengo demasiada curiosidad y me enredo sin apenas darme cuenta en nuevas actividades. Ahora además de mis proyectos de arte outsider estoy estudiando terapia Gestalt y… la novedad de este año es que quiero aprender a tocar el ukelele. Como a Cristina también le apetece hemos pensado en apuntarnos juntas. En estos diez años en convivencia en el estudio sabemos que hay poca gente que cante tan mal como nosotras y que eso nos va a provocar muchas risas.
– Un deseo que os gustaría se hiciera realidad
Cristina: ¿Lo que más? Que una ola de madurez hiciera a esta sociedad abrir los ojos…
Graciela: ….y hubiera cada vez más individuos dispuestos a ver el valor en lo que crean en lugar de en lo que poseen.
«¿Lo que más? Que una ola de madurez hiciera a esta sociedad abrir los ojos y hubiera cada vez más individuos dispuestos a ver el valor en lo que crean en lugar de en lo que poseen»
Más información:
Arte Outsider: El hombre jazmín
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