«La ciencia es nuestra, de las personas»
Pampa García Molina es Periodista especializada en ciencia, redactora jefa de la Agencia SINC y licenciada en Física por la UCM. Desde su formación, le interesaron tanto las ciencias como las humanidades y la relación entre ellas, llegando a organizar fuera de las clases charlas y lecturas sobre divulgación y filosofía de la ciencia entre otros muchos temas.
Terminada la carrera, realiza un máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia por la Universidad Carlos III de Madrid, trabajando al mismo tiempo como editora en SM y posteriormente como periodista para varios medios como la revista Muy Interesante.
Desde el año 2011 es coordinadora y redactora jefa de la Agencia SINC, la agencia de noticias científicas de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología con licencia Creative Commons.
Descubrimos en esta charla su interesantísima trayectoria profesional y su visión sobre el periodismo especializado en ciencia.
– Eres Licenciada en Física y especialista en Física Teórica ¿qué te llevó a realizar estos estudios y cómo fue tu paso por la universidad?
En Bachillerato me gustaba tanto estudiar ciencias como letras, disfrutaba tanto con Filosofía y Latín como con Física y Matemáticas. Esas cuatro, junto con Biología e Inglés, eran mis asignaturas favoritas. Al empezar COU me di cuenta de que quería ser periodista, pero no podía acceder a Periodismo desde ciencias, así que me cambié a letras ya bien entrado el curso. Al cabo de un par de semanas en letras, me volví a mi clase anterior. No quería memorizar kilos de folios sobre historia del arte y echaba de menos todo lo que me había dejado atrás. “Ya veré qué hago, por ahora voy a estudiar cosas que me apetezcan”, pensé. Según se acercaba la fecha de solicitud de plaza en la universidad, me iba comiendo la ansiedad porque no tenía ni idea de lo que pedir. Al final, rellené mi formulario pidiendo Medicina y cuando ya me tocaba entregarlo, me salí de la fila, compré otro sobre de matrícula y puse Física. Un caos.
En la universidad disfruté mucho, me gustaba y me resultaba fácil ir aprobando, pero los primeros cursos los hice fatal, fui un desastre, me parecía un programa de asignaturas muy seco y las clases se me hacían infumables comparadas con todo lo que pasaba fuera de ellas. Entre tanto, cofundé con otros compañeros la asociación Hipatia Física y Cultura, que aún sigue existiendo, teníamos un local y organizábamos multitud de actividades culturales y políticas; además de charlas con profes sobre temas que nos interesaban, desde feminismo hasta situacionismo francés, pasando por “qué sucedería si viviéramos en la escala de lo cuántico”. Era estimulante. Allí conocí a personas que ya fueron mis amigas para siempre.
En fin, no fui una buena estudiante de Física, solo a partir del tercer curso empecé a pasarlo bien con la carrera, y fue gracias a las lecturas de divulgación y filosofía de la ciencia. Formé un grupillo de cinco amigos y amigas que nos reuníamos todos los viernes a debatir sobre filosofía de la ciencia con Antonio López Campillo, que era un profesor e investigador ya jubilado, muy buen divulgador en radio y televisión y escritor de libros. Lo conocí en una charla, me lo propuso y estuvimos reuniéndonos con él durante muchos años: en su casa, en la sede de la CNT en Tirso de Molina, en el Ateneo de Madrid, en un bar… Todos los viernes sin falta, donde podíamos. Aprendimos mucho y gracias a él redescubrí por qué me gustaba la ciencia. También gracias a él empecé a hacer colaboraciones periodísticas, fue mi primer mentor profesional.
«cofundé con otros compañeros la asociación Hipatia Física y Cultura, que aún sigue existiendo, teníamos un local y organizábamos multitud de actividades culturales y políticas»
«gracias a Antonio López Campillo redescubrí por qué me gustaba la ciencia. También gracias a él empecé a hacer colaboraciones periodísticas, fue mi primer mentor profesional»
– ¿Cómo ha cambiado la ciencia y el método científico tu percepción sobre el mundo y tu manera de pensar?
No creo que la ciencia haya cambiado mi percepción del mundo y mi manera de pensar, ¿cómo era esa percepción antes de la ciencia?, no existía. La ciencia estaba ya aquí cuando yo nací, he crecido en un mundo en el que siempre ha habido ciencia, como todos. Sí creo que el hecho de interesarme por las ciencias me ha proporcionado una manera de razonar útil, con mecanismos para analizar las cosas tratando de tener en cuenta las variables importantes que influyen en cada problema. Estudiando y leyendo ciencias he aprendido que no existen soluciones únicas para la mayor parte de los problemas de los seres humanos, y en muchas ocasiones si siquiera existen soluciones perfectas, sino aproximaciones. Con cada problema vas a tener que elegir qué estrategia empleas para abordarlo y llegar a la aproximación que mejor te sirva para tu propósito. También he aprendido que las ciencias son productos culturales humanos bellísimos y muy poderosos, que tratan de describir la realidad de manera honesta y útil, pero la ciencia no se escribe con mayúsculas. No es un dios. La ciencia es nuestra, de las personas.
«Estudiando y leyendo ciencias he aprendido que no existen soluciones únicas para la mayor parte de los problemas de los seres humanos»
«la ciencia no se escribe con mayúsculas. No es un dios. La ciencia es nuestra, de las personas»
– ¿En qué momento decidiste que querías dedicarte a la divulgación científica y qué es lo que más te gusta de tu profesión?
No, yo no quería dedicarme a la divulgación —en realidad, creo que la divulgación no está definida como una profesión en sí misma, sino como una actividad que se puede desarrollar desde muchos ámbitos diferentes: escribiendo, dando charlas o haciendo teatro, por ejemplo—. Yo tenía claro que quería trabajar en periodismo de ciencia. Eso ya lo decidí antes de empezar la carrera de Física y por eso después hice un máster de Periodismo. De mi profesión me gusta todo menos transcribir entrevistas. Me gusta contar cosas que suceden en el mundo de la ciencia y que tienen una enorme relevancia social, afectan a nuestra vida diaria, a nuestro bienestar y nuestro papel como ciudadanos. Me gusta entender en qué se está invirtiendo, cuáles son las líneas de investigación estratégicas de los distintos países y potencias, por qué y qué consecuencias tendrán. Me gusta leer historias apasionantes que salen de laboratorios, universidades y centros de investigación, transformarlas en productos periodísticos y hacer que lleguen —y que importen— a un público general, no especialista. Creo que lo que más me gusta es encontrar en las ciencias enfoques y herramientas útiles para la vida de la gente, que ayuden a interpretar la realidad; y también historias interesantes que satisfagan la curiosidad. Y por otro, me encanta crear agenda informativa con la ciencia, conseguir poner sobre la mesa temas de los que no se estaba hablando antes.
«lo que más me gusta es encontrar en las ciencias enfoques y herramientas útiles para la vida de la gente, que ayuden a interpretar la realidad»
«me encanta crear agenda informativa con la ciencia, conseguir poner sobre la mesa temas de los que no se estaba hablando antes»
– ¿Cuál es el tema que más te ha sorprendido sobre el que has escrito y cómo abordas temas nuevos de disciplinas científicas que desconoces?
Es difícil decir cuál es el tema que más me ha sorprendido… No sé, hay cientos de ellos. Quizá el nacimiento de dos gemelas a partir de embriones modificados con CRISPR en 2018. Nos pilló por sorpresa, aunque en realidad, la pregunta no era si algún día nacerían criaturas genéticamente modificadas con CRISPR, sino cuándo sucedería. Llevábamos desde 2013 publicando temas sobre CRISPR, que para mí es la novedad científica más disruptora de los últimos años. La primera vez que leí sobre ello pensé “pero esto lo va a petar”, era alucinante que se pudiera editar el genoma de manera fácil, barata y rápida. Es complicado abordar un tema totalmente novedoso y revolucionario, hay que saber encontrar las fuentes apropiadas, escuchar muchas voces, leer a otros compañeros, conocer las controversias de cada tema, entender, estudiar, encontrar los enfoques más adecuados y elegir cómo se cuenta esa historia. Ese es nuestro trabajo.
Siempre cuento que una vez, hablando en un congreso de periodistas de ciencia con Tim Radford, que fue durante muchos años el editor de ciencia de The Guardian, le dije que a veces me da la sensación de que en las ciencias hay modas cíclicas; y él, que llevaba muchas décadas de trabajo más que yo, me respondió que sí, que las hay, pero “el periodista de ciencia es el único que cuenta cosas que jamás antes han sucedido en la historia de la humanidad”. Esa idea me parece sobrecogedora.
– Sobre la percepción de la ciencia que tiene el ciudadano medio, ¿cómo debe entenderla? ¿la ciencia es infalible -ofrece certezas absolutas- o es incertidumbre? Y si es incertidumbre, ¿cómo se debe comunicar?
La ciencia no ofrece certezas absolutas ni tampoco monolíticas. Las afirmaciones que nos proporcionan las ciencias provienen de un proceso de discusión abierto del que se obtienen consensos aceptados por la comunidad investigadora. No es que acuerden un mensaje común y ya está, son consensos basados en las pruebas que han recabado y que, una vez analizadas, permiten corroborar o desechar hipótesis. Por eso existen afirmaciones científicas que con el tiempo se matizan o que incluso se refutan, porque con el paso del tiempo y el esfuerzo investigador cada vez sabemos cosas nuevas que antes no sabíamos. Explicar esto es necesario, pero no podemos cortar la explicación en “la ciencia es incertidumbre” y nada más. No significa que las conclusiones de la ciencia sean inciertas o de baja calidad, sino lo contrario: son las mejores aproximaciones que podemos hacer a una descripción honesta y útil de la realidad.
«las conclusiones de la ciencia son las mejores aproximaciones que podemos hacer a una descripción honesta y útil de la realidad»
– ¿Qué situaciones especiales has vivido como periodista científica?
Muchísimas… Recuerdo un verano que asistí a la reunión anual de premios Nobel en Lindau (Alemania), cerca del lago Constanza, todo muy idílico, decenas de señores mayores que han hecho historia, rodeados de jóvenes científicos en una ciudad monísima, un viaje muy provechoso para una freelancer como yo lo era entonces porque podía hacer mil entrevistas y venderlas a la vuelta. Quería entrevistar a Albert Fert (el físico francés que descubrió la magnetorresistencia gigante y permitió que existan los CD), pero él iba fatal de tiempo y me propuso entrevistarlo en el hall de su hotel. Se nos hizo tarde y perdí el bus de periodistas para la gala de aquella noche, así que Fert me dijo “no te preocupes, te vienes conmigo en el bus de los premios Nobel”. Y de repente me vi ahí en un bus en el que todos tenían un Nobel menos el conductor y yo, pidiéndoles que me hicieran fotos para contarlo. De esas he vivido muchas parecidas. Tenemos la ciencia por algo muy serio; pero los científicos son personas como las demás que simplemente trabajan haciendo ciencia. Se producen situaciones cómicas por el choque entre esa imagen de seriedad y la vida real, que es normal y corriente.
Aparte de las anécdotas, he viajado por un montón de países conociendo proyectos fascinantes y gente interesante. Conocer la ciencia que se hace en cada lugar, asistir a congresos científicos o a reuniones de periodistas internacionales es un placer enorme. Otro tipo de situaciones especiales menos agradables son las relacionadas con la falta de respeto que hace unos años tenían algunos investigadores por el periodismo. Sobre todo hace 15 años, cuando era muy joven, alguna vez le dije a algún científico al que estaba entrevistando: “Yo estudié Física”, y entonces ese señor dejaba de hablarme como si yo no pudiera entenderlo. Es una tontería porque ni siquiera me estaba hablando de física, pero bueno. Las tensiones con las fuentes son parte del oficio y aprendes a lidiar con ellas, es lo normal.
«los científicos son personas como las demás que simplemente trabajan haciendo ciencia. Se producen situaciones cómicas por el choque entre esa imagen de seriedad y la vida real»
«Conocer la ciencia que se hace en cada lugar, asistir a congresos científicos o a reuniones de periodistas internacionales es un placer enorme»
– También has trabajado en la editorial SM como editora de materiales didácticos y de divulgación científica durante casi 7 años. ¿Cómo fue esta experiencia para ti y qué particularidades tuvo?
Yo entré en SM como aprendiz y salí como editora. Además, el trabajo en SM me permitió hacer a la vez el máster de periodismo científico. Allí aprendí muchísimo de todas las fases: desde la creación de un proyecto editorial hasta la corrección ortotipográfica de textos, pasando por el encargo de ilustraciones, la producción de fotos, la relación con maquetación… Todo. Me gustaba mucho, pero no me apetecía continuar con la edición de ese tipo de contenidos y cuando después del máster me llamaron para ser redactora de Muy Interesante, me fui sin dudarlo. Aprendí, sobre todo, que la edición es un trabajo fundamental. Es ese trabajo invisible que se pone en evidencia cuando no se ha hecho bien.
– ¿Qué resultado tiene que los contenidos que ofrece la Agencia SINC tengan licencia Creative Commons?
Con esta licencia se consigue la máxima difusión de los contenidos y además se genera cultura de Creative Commons. Muchos periodistas saben ya cómo utilizar los contenidos de SINC respetando los términos de la licencia, y hace unos años esto no era común.
– En la financiación de los medios de comunicación ¿qué problemas genera el clickbait en la propagación de noticias falsas y por qué hay tanta propensión a creerlas por parte de los lectores?
Creo, por los estudios que llevo años leyendo sobre este tema, que un factor importante de las desinformaciones es la novedad. Una falsedad nos llama la atención porque es novedosa, claro, ¿cómo no lo va a ser, si es mentira? Y eso mismo nos provoca las ganas de compartirla. Hay estudios en los que se ve que, ante un titular que nos resulta poco fiable, tendemos a compartirlo a pesar de ello. Y ahí creo que hace falta cultura mediática y de la responsabilidad personal: no lo compartas ni siquiera por las risas, si no es fiable, no lo reenvíes.
«un factor importante de las desinformaciones es la novedad. Una falsedad nos llama la atención porque es novedosa»
«hace falta cultura mediática y de la responsabilidad personal: no lo compartas ni siquiera por las risas, si no es fiable, no lo reenvíes»
– ¿Qué percepción existe de las mujeres científicas (y las mujeres en la ciencia) y por qué todavía conocemos tan pocas profesionales de esta área?
Hay un fenómeno muy común en la comunicación de la ciencia y es que se suele hablar de mujeres profesionales del sector científico como figuras excepcionales, como personas que han tenido que luchar contra viento y marea para llegar a lo más alto, como heroínas sacrificadas, se cuentan sus casos como hagiografías… Eso es caer en clichés que no hacen ningún bien y, sobre todo, que no corresponden con la realidad. Por supuesto que las mujeres en ciencia se topan con muchísimos más obstáculos que sus compañeros, eso no es opinativo, es una realidad bien contrastada; pero no tienen por qué ser figuras heroicas, abnegadas y dispuestas a sacrificarlo todo. Como dijo Margarita Salas, tampoco son genios ni genias —palabra que no existe en femenino—; no hay que ser un ser excepcionalmente brillante para hacer ciencia. Tampoco las únicas mujeres que existen en el mundo de la ciencia son esas pocas que siempre salen en la prensa porque son las pocas que han logrado llegar a las cúspides de la jerarquía. Hay un gran número de científicas trabajando cada día a las que podríamos entrevistar, a las que podríamos tener en cuenta como fuentes, con las que podemos hablar para que nos cuenten sus proyectos, sus problemas y preocupaciones.
«Hay un gran número de científicas trabajando cada día a las que podríamos entrevistar, a las que podríamos tener en cuenta como fuentes, con las que podemos hablar para que nos cuenten sus proyectos, sus problemas y preocupaciones»
– ¿Cómo ha sido y cómo está siendo la pandemia en términos informativos?
Pues qué te voy a decir, está siendo interesantísimo y apasionante, pero agotador y a veces descorazonador. Yo espero que, además de saber lo que son una PCR, los antígenos y los aerosoles, aprendamos nociones fundamentales de salud pública y epidemiología, por ejemplo, que la salud sí entiende de clases y que la desigualdad genera enfermedad.
«la salud sí entiende de clases y que la desigualdad genera enfermedad»
– ¿En qué te gusta utilizar el tiempo cuando no estás trabajando?
Dormir. Respirar. ¿De qué tiempo hablas? (risas). No, ahora en serio: me gusta estar con mi familia, echar una mano en cosas del cole o del huerto vecinal, sentarme alrededor de una mesa con amigas y unos vinos a charlar y reírme; ver cine, leer, hacer picnic, discutir sobre la pandemia, sobre periodismo y sobre las cosas que publicamos… Es difícil despegarme del todo de los temas que me interesan, pero es porque me gustan. Y antes de la pandemia: hacer fiestas, ir a karaokes, jugar al Trivial con amigos, salir de Madrid… De todas las aficiones que se han extendido en la nueva vida pandémica creo que me quedaré para siempre con el picnic, eso seguro.
– Un deseo que te gustaría se hiciera realidad
Que los negacionistas de la violencia de género empiecen a tener tan poco respaldo social como ya lo tienen los negacionistas de la crisis climática.
«Que los negacionistas de la violencia de género empiecen a tener tan poco respaldo social como ya lo tienen los negacionistas de la crisis climática»
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