«La creación y la vida van de la mano»
Mireia Cifuentes es artista. Nacida en Lérida y criada en Marbella, pasa largas estancias en Londres y París donde comienza a descubrir su vocación. Es en Barcelona donde comienza a desarrollar su carrera y donde se consolida, realizando numerosas exposiciones individuales y colectivas en diferentes galerías como Espai Ronda, Nítido Gallery, Galería Artevistas, Galería Tangram o Galería Antoni Pinyol entre muchas otras y posteriormente al ámbito internacional como Art Fair Salzburg Contemporary en Austria o Art Fair AAF Milano en Italia.
Su obra transita entre la abstracción a la figuración abordando temas que están ligados a su propia vida, dejándose guiar en el proceso por la intuición y buscando en todo momento la libertad en la creación.
– ¿Cuándo comenzaste a interesarte por el arte y por qué decidiste que fuera tú profesión?
A raíz de dos largas estancias en Londres y en París tuve la oportunidad de ver en vivo la obras de los grandes maestros que solo había conocido en libros, me emocioné especialmente contemplando los cuadros de William Turner.
Entonces tenía 18 años y no había recibido ninguna formación en arte pero empecé a copiar algunos de los dibujos de los catálogos que compraba.
Al principio no pensé que llegaría a ser una profesión, entonces me preparaba para ser traductora, pero se despertó una imperiosa necesidad de dedicar todo el tiempo posible a ello. Un poco más tarde un percance de salud que me hizo reflexionar sobre el sentido que quería dar a mi vida, fue el impulso decisivo para dedicarme completamente a ello.
En el 92 me instalé en Barcelona para tener un taller propio de trabajo y profundizar en las técnicas que iba aprendiendo, aunque siempre he sido bastante autodidacta me ayudaron mucho los periodos que pasé en la escuela de arte Sant Viçens y en el taller de Gloria Muñoz.
«se despertó una imperiosa necesidad de dedicar todo el tiempo posible a ello»
«un percance de salud que me hizo reflexionar sobre el sentido que quería dar a mi vida, fue el impulso decisivo para dedicarme completamente a ello»
– Has vivido en Asia y en Europa ¿cómo ha marcado tu obra estás diferencias culturales?
Tener la oportunidad de ver muchas obras originales de distintas culturas fue importante para educar la mirada y tener un criterio menos condicionado. Entender que el arte en sus múltiples expresiones es universal y una vía de trascendencia para el ser humano, me dio la libertad de seguir mi intuición sin ceñirme a modas ni estilos concretos.
En el día a día la belleza de algunos paisajes, los colores por ejemplo en India, tan vivos y vibrantes, eran una fiesta continua para la retina, no sé exactamente cómo pero estoy segura de que de alguna manera influyó en la obra.
– El cuerpo y el paisaje están muy presentes en parte de tu obra ¿qué motivó que trabajases sobre este tema?
En los inicios poder representar el entorno en el que vivía de forma realista era todo un reto y trabajaba mucho del natural. Captar las atmósferas, la luz dando volumen y contraste a todas las formas o los cambios de color y tono pintando un paisaje al natural contrarreloj eran temas apasionantes. Creo que es esencial para un pintor aprender a mirar y atrapar matices que no se ven a primera vista.
Después de un periodo sumergida en la abstracción volví a trabajar con el cuerpo en la serie Radiografías del tiempo, pero esta vez desde un enfoque más matérico y supeditando las formas a la expresión de una sensación interna.
– ¿Cómo es tu proceso de trabajo en el día a día y la creación de cada obra?
Actualmente trabajo casi siempre en el taller principalmente con técnicas mixtas, es un proceso bastante anárquico en el que hago mezclas de distintos materiales, preparo soportes, mancho, mezclo, elimino, rasco, vuelvo a manchar y así en forma de juego hasta que del caos surgen formas o composiciones que me seducen, entonces el tempo se vuelve más lento y reflexivo. Unas obras se acaban rápido, otras necesitan reposar un tiempo y mirarlas de reojo de vez en cuando a ver si te «dicen algo» para poder continuar, normalmente tengo varias empezadas a la vez. Cuándo darlas por acabadas es un misterio, no sabes porqué pero lo sabes, sobre todo después de haberte equivocado muchas veces insistiendo demasiado.
«Unas obras se acaban rápido, otras necesitan reposar un tiempo y mirarlas de reojo de vez en cuando a ver si te «dicen algo» para poder continuar»
«Cuándo dar una obra por acabada es un misterio»
– La consciencia sobre uno mismo, entre la vida y la muerte, es uno de los temas que abordas en tu trabajo ¿de qué manera lo planteas al crear?
Surge de manera espontánea porque mi trabajo es muy intuitivo, en general no suelo planificar lo que voy a pintar. Como es un tema que abordo continuamente en la vida personal y a través de la meditación es inevitable que acabe quedando reflejado en la obra, en un intento de sublimar o trascender.
La creación y la vida van de la mano, no puedo separar lo que soy de lo que pinto ni viceversa. Hay etapas en las que ahondas más en un tema particular, la necesidad de insistir en ello alarga el proceso y de ahí surgen las series.
«mi trabajo es muy intuitivo»
«no puedo separar lo que soy de lo que pinto ni viceversa»
– En tu obra dices que está muy presente la transformación, el cambio y en ella podemos ver un viaje que ha ido desde la figuración hasta la abstracción ¿qué te ha llevado a este cambio?
Cuando te dedicas a esto acabas por ver que toda combinación de color y forma, independientemente de lo que pueda representar, es una abstracción.
Progresivamente empecé a dar más importancia a las texturas, al color en sí mismo y a probar con diversos materiales, la abstracción me daba más libertad para saltarme las reglas académicas y experimentar. También estudié grabado y técnicas de escultura que disfruté mucho pero acabé volviendo a la pintura.
Ahora conviven en la obra una mezcla de estilos, no descarto volver a la figuración o quién sabe, aun hay muchas cosas que me gustaría probar.
– ¿Qué sentido tiene el color negro en tu obra actual?
El negro hace referencia al vacío, ese lugar por llamarlo de algún modo, del que surgen el espacio y tiempo, en el que todo existe en potencia. El vacío sin forma del que todas las formas dependen paradójicamente, algo que a nuestra mente dual y lineal le cuesta mucho captar y expresar, por lo que es más fácil hacerlo a través de símbolos y colores.
– ¿Qué proyectos te gustaría realizar en el futuro?
He comprobado que proyectarme demasiado en el futuro interfiere en la calidad de mi trabajo, así que ahora procuro centrarme en lo que tengo entre manos, en este momento es profundizar en la serie Vacíos y ver a donde me lleva.
– ¿Qué consejo darías a una persona que quiera dedicarse profesionalmente a la creación?
Si crear es lo que le da alegría y reconforta su alma hay que lanzarse sin dudarlo, los medios para lograrlo los vas encontrando por el camino. Eso sí, ¡tienes que estar dispuesto a ser un pluriempleado! combinar tu creación con otro trabajo para mantenerte y que la presión de pagar facturas no influya en tu trabajo. En mi caso lo he combinado con la docencia, dar clases de dibujo y pintura ha sido muy enriquecedor en todos los aspectos.
El ingrediente más importante es sentirte libre cuando creas y por su puesto aprender el oficio, no conformarse con fórmulas efectistas que quedan bien en redes sociales. Algunos consiguen vivir totalmente de sus ventas pero no es fácil, ya se sabe.
«El ingrediente más importante es sentirte libre cuando creas»
– Un deseo que te gustaría se hiciera realidad
Hace tiempo que sueño con montar una residencia artística en un entorno natural, para
profesionales y aficionados, donde poder crear desde el silencio, tanto ambiental como mental. Aportar un poco de inspiración y cordura a este mundo a través del arte… ¡si es posible!
«sueño con montar una residencia artística en un entorno natural»
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