Juan Capristán – Director de CreativeCocos

 

«Nuestro mundo actual no se entendería sin los ordenadores, así que saber hablar su idioma me parece fundamental» Juan Capristán. Director de CreativeCocos

Juan Capristán es co-director de CreativeCocos, una empresa joven enfocada al desarrollo web en todas sus formas y en la que importa tanto el objetivo al que se quiere alcanzar como la manera en la que se hace. Ingeniero informático de profesión, con 15 años de experiencia, y activista, ha centrado sus esfuerzos en combinar ambas vocaciones como herramientas para generar cambios sociales y que han acabado cristalizando en CreativeCocos.

Su llegada a España desde Perú en la adolescencia le ha aportado capacidad de adaptación y amplitud de miras, una experiencia que le marcó y que recomienda vivir para poder entender el mundo.

En esta entrevista nos habla de su trayectoria y sus inquietudes.

 

– A los 17 años te trasladaste con tu familia desde Perú a España, ¿qué supuso este cambio para ti?
Con esa edad cualquier cambio de entorno es complicado y en ese momento, sin perspectiva ninguna, todo se magnifica. Supuso una transformación tremenda en las costumbres, y también en el idioma (sí, sí, en el idioma: entre el castellano de España y el de Perú hay cientos de términos diferentes). También fue un cambio de clima, de relaciones, etc…. ¡fue un terremoto! Visto desde aquí, desde el yo que contesta a esta entrevista 20 años más tarde, fue una experiencia que pienso que todos deberíamos poder vivir alguna vez en la vida. Claro, esa experiencia de vivir en un país diferente al tuyo no es igual con 18 años que con 50, ni según en qué circunstancias, pero la vivencia de fondo, sea como sea, merece la pena.
– En estos casi 20 años en España ¿qué ha cambiado en ti y en tu percepción sobre ambos países?
Sé con seguridad que de no haber pasado por esa experiencia tendría prejuicios que ahora no tengo. Vivir en otro país diferente favorece la integración de la persona con el mundo y te da perspectiva. Hace poco leí en The Economist que Theresa May decía que “si crees que eres ciudadano del mundo, entonces no eres ciudadano de ningún sitio. No entiendes el verdadero significado de la palabra ciudadano”. No conozco su historia, pero apuesto a que ella no ha vivido fuera del Reino Unido nunca. Si todos pudiésemos pasar por esa vivencia alguna vez, con seguridad nuestra sociedad tendría menos problemas de odio y lo tendríamos más fácil para volvernos colaborativos, como mínimo.

Juan Capristan. CreativeCocos. Foto Berta Delgado

«Sé con seguridad que de no haber pasado por esa experiencia tendría prejuicios que ahora no tengo. Vivir en otro país diferente favorece la integración de la persona con el mundo y te da perspectiva»

 

Por supuesto mi percepción de ambos países también ha cambiado. Vine a España con ese resentimiento velado que te enseñan a tener en el colegio en Perú, y al principio intentas ajustar todo lo que ves a ese modelo que tienes en la cabeza, hasta que poco a poco el modelo va adaptándose más a la realidad. No siempre es para bien, también hay que decirlo, pero las experiencias malas forman parte de cualquier guión. Al mismo tiempo mi percepción sobre Perú también ha cambiado, ahora no sólo veo las cosas buenas que tiene, que son muchas, sino también algunos de sus problemas. Cuando se toma distancia es más fácil identificar las cosas que fallan.

Un tema especialmente espinoso de la relación entre ambos países es el de la reparación histórica. Creo que igual que en España se habla de memoria histórica y de reparación en relación con la época franquista, no estaría de más que se hablara de eso mismo en relación a otras épocas en las que se han cometido abusos. Los gestos y los símbolos son importantes. He hablado muchas veces con gente aquí que dice que si España tuviese que pedir perdón por las cosas que hizo hace 500 años, entonces “los moros” tendrían que pedir perdón por lo que hicieron hace 900 y los italianos por lo que hicieron hace 2000, etc, etc. Creo que las heridas abiertas hay que curarlas independientemente de si ha pasado mucho o poco tiempo desde que se abrieron. En el caso de España con los países de Sudamérica creo que la herida aún está ahí y, como digo, los gestos sí importan, y lo que ahora exporta España hacia allá son empresas que van a buscar mano de obra barata… no es el tipo de gesto que cierra heridas sino todo lo contrario.

 

Juan Capristan. CreativeCocos. Foto Berta Delgado

«Los gestos y los símbolos son importantes. (…) Creo que las heridas abiertas hay que curarlas independientemente de si ha pasado mucho o poco tiempo desde que se abrieron.»

– ¿Qué es para ti la programación? ¿qué hizo que te decantaras por la Ingeniería Informática?
Para ser sincero la informática fue mi tercera opción. Con 17 años a mí lo que me gustaba era cacharrear, desmontar aparatos y verles las tripas, así que cuando empecé a plantearme los estudios que quería hacer, mi primera opción fue la de hacer algo relacionado con la electrónica, pero resulta que en 1994 en Madrid no había nada de eso, ninguna carrera universitaria que fuese “ingeniería electrónica”, para estudiar eso había que irse a Barcelona y mis padres pensaron que ya eran demasiados cambios y me empujaron a buscar otras opciones. La opción lógica por afinidad era la Ingeniería de Telecomunicaciones, pero los profesores que me ayudaron a prepararme para hacer la selectividad me debieron ver demasiado verde porque me quitaron la idea, así que terminé en la Facultad de Informática de la UCM.  Le cogí bastante manía a la universidad, porque creo que la educación universitaria de entonces no estaba a la altura de los tiempos (no sé ahora)…. pero independientemente de aquella etapa, ahora puedo decir que me encanta mi profesión.

Saber programar es como saber idiomas. Más o menos. Nuestro mundo actual no se entendería sin los ordenadores, así que saber “hablar su idioma” me parece fundamental, y creo que es algo que debería enseñarse a los niños en el colegio. Decía Alan Lazalde, que es un informático mexicano muy interesante, que “la experiencia de enseñarle a tu hijo a programar será la próxima versión de enseñarle a andar en bicicleta”; cuando lo leí me pareció una idea curiosa, pero ahora que soy padre, ¡lo tengo clarísimo!, de hecho estoy pensando en hacer talleres de iniciación a la programación para jóvenes si el tiempo y el trabajo me lo permite. Si existiese la Renta Básica Universal que asegurara un sueldo básico digno a todo el mundo, ya me habría dedicado a esto de manera intensa y gratuita…ese conocimiento permitiría cambiar la situación económica de muchas personas y especialmente de jóvenes que en este momento no tienen nada claro su futuro, si podrán estudiar por la subida de tasas de la universidad. Sobre la Renta Básica Universal quiero añadir que hay muchos detractores que dicen que traería más parásitos al sistema de los que ya hay, pero yo no estoy de acuerdo en absoluto, por el contrario, creo permitiría una explosión de creatividad e intercambio de conocimiento.

Juan Capristan. CreativeCocos. Foto Berta Delgado

«Saber programar es como saber idiomas. Más o menos. Nuestro mundo actual no se entendería sin los ordenadores, así que saber “hablar su idioma” me parece fundamental»

 

– Has trabajado para diferentes empresas desde hace 15 años ¿qué te ha dado esta experiencia?
La certeza de que no quiero trabajar en empresas que siguen modelos de trabajo y producción caducados: horarios rígidos, relaciones verticales, conciliación familiar nula, con modelos de crecimiento infinito, en las que prima la cantidad sobre la calidad, etc. Pero el problema no es sólo de las empresas (que también), el problema es el modelo de sociedad en el que vivimos, centrado en el dinero.

Cuando leí el libro de Muhammad Yunus sobre las empresas sociales fue una revelación para mí. Creo que es el siguiente paso en la dirección correcta, pero en España aun estamos en pañales en ese sentido. Ahora que el empresario soy yo -me siento incómodo con el término “empresario” porque en mi cabeza tiene connotaciones desagradables-, intento aplicar toda esa experiencia para conseguir llevar a la práctica el modelo de empresa que quiero para que nuestra sociedad sea mejor.

 

– ¿Qué lenguajes de programación conoces y para qué fines los utilizas?
Una de las cosas buenas que me enseñaron en la carrera fue la idea de que no estábamos ahí para aprender un lenguaje concreto, sino para aprender una forma de pensar que nos abriría la puerta a cualquier lenguaje, porque a fin de cuentas todos siguen patrones e ideas muy similares, así que se puede decir que los conozco todos (risas). El que más utilizo en la actualidad, y disfruto mucho usándolo, es Ruby, y lo utilizo para desarrollar mi especialidad, que es la programación de aplicaciones web, aunque es un lenguaje muy versátil que se puede utilizar para muchas más cosas. Aparte de Ruby conozco y utilizo muchos otros lenguajes y tecnologías, todas relacionados con el desarrollo web y la administración de sistemas. En los últimos años el mundo anglosajón ha fraguado el término ‘fullstack web developer‘, que hace referencia a desarrolladores que dominan lenguajes y sistemas en las 3 capas de desarrollo del paradigma modelo-vista-controlador, como es mi caso. Puedo resaltar AngularJS, jQuery, CoffeeScript, Bootstrap, Less, Sass, MySQL, PostgreSQL, sqlite y Ruby on Rails, aunque no todos son lenguajes en sí mismos, pero tampoco quiero aburrir…(risas)

Hay una frase muy conocida en el mundillo que me encanta: “code is poetry”. A veces pasa que estás escribiendo código para resolver un problema y te queda algo tan interesante que realmente tienes la sensación de haber escrito un trocito de poesía. Me gustaría que ese fuese el fin último.

 



- En tu blog analizas y das soluciones a problemas de programación
Algunas veces me encuentro con problemas que me lleva mucho tiempo solucionar porque son especialmente espinosos o simplemente porque hay poca información sobre una situación concreta. Cuando lo soluciono me gusta compartir esa información para que otras personas no tengan que dedicar todo ese tiempo en resolver algo que ya está resuelto. Es una manera de devolver el favor, porque la mayoría de veces todos los problemas se resuelven en cuestión de minutos, y muchas veces las soluciones vienen de blogs de otras personas que también han compartido información de manera desinteresada. Es una forma de colaborar estupenda y de sentirse en armonía con la red.

 

«Me gusta compartir esa información para que otras personas no tengan que dedicar todo ese tiempo en resolver algo que ya está resuelto. Es una manera de devolver el favor»

– En 2010 fundaste CreativeCocos, ¿cómo surgió la idea y en qué proyectos estáis especializados?
CreativeCocos surge de la necesidad personal mía y de las personas que me acompañan en esta empresa, de sentir que recuperábamos el control de nuestro tiempo, y de la necesidad de poder decidir a qué tipo de proyectos queríamos dedicar nuestros esfuerzos y energías. Cuando trabajaba para otros se me planteaban muchos casos de clientes con objetivos opuestos, por ejemplo: tener que desarrollar un proyecto para una revista de veterinaria y al mismo tiempo trabajar en otra revista que defiende la tauromaquia o la caza como deporte, por no hablar de las dedicadas a las armas… esto me retorcía las tripas, me creaba dilemas morales constantemente.
En CreativeCocos, además de los trabajos para empresas de diferentes tamaños y autónomos, nos encanta trabajar para proyectos de carácter social, de esta manera sentimos que apoyamos una manera de hacer y de pensar que puede cambiar las cosas. Durante un tiempo intentamos hacer cosas completamente gratis en este campo, pero desafortunadamente no conseguimos hacerlo sostenible, así que ahora hacemos todo lo posible por ajustar al máximo nuestras tarifas para este tipo de proyectos.

Juan Capristan. CreativeCocos. Foto Berta Delgado

«En CreativeCocos (…) nos encanta trabajar para proyectos de carácter social, sentimos que apoyamos una manera de pensar y de hacer que puede cambiar las cosas»

– ¿Quiénes componen el equipo de Creative Cocos? ¿cómo es vuestro cliente?
Somos un equipo de cuatro personas en el núcleo, y una red de colaboradores que hemos ido tejiendo con el tiempo, que nos permite dar servicios de valor añadido a nuestros clientes como posicionamiento, redes sociales, fotografía o servicios de traducción. Buscamos clientes con valores similares a los nuestros, y no trabajamos para clientes que desarrollen actividades con las que no estamos de acuerdo. Vemos a nuestros clientes como personas con sus fortalezas y debilidades, igual que nos gustaría que nos vieran a nosotros.

 


 

– ¿Qué os distingue de otros proveedores de servicios similares?
La cercanía con nuestros clientes, que en muchos casos han terminado convirtiéndose en nuestros amigos, y como digo, nuestra red de colaboradores que nos permite dar mucho valor añadido a nuestro servicio, y los ideales que nos mueven. Podemos presumir de no haber perdido ningún cliente en 6 años.

 

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– La filosofía de CreativeCocos se basa en la honestidad y en la confianza ¿son valores a recuperar?
Sin duda. Nuestra sociedad tiene mucho que recuperar. Hemos perdido la sensibilidad, estamos anestesiados por el día a día, el corre-corre, la supervivencia, y cuando se trata de sobrevivir parece que todo vale. Nosotros no estamos de acuerdo, no todo vale, y nos gusta transmitir que la gente con la que tratamos a diario a nivel profesional no sólo tiene ante nosotros a un proveedor de servicios, sino a alguien de quien se puede fiar y confiar. Alguien con quien trabajar es agradable, no una pelea por sacar la mayor tajada todo el tiempo. Y también nos gusta pedir lo mismo a nuestros clientes. Antes dije que no habíamos perdido ningún cliente en 6 años y no es del todo cierto: hace unos años tuvimos un cliente con un proyecto mediano dividido en varias fases que llevaría unos 8 meses acabar. Después del primer mes trabajando, terminamos la primera fase según lo acordado y posteriormente les comunicamos que no podíamos seguir trabajando con ellos. Los descartamos como clientes porque su forma de trabajo agresiva entraba en conflicto con nuestra forma de trabajar basada en la colaboración y la comunicación.

Juan Capristan. CreativeCocos. Foto: Berta Delgado

«no todo vale, y nos gusta transmitir que la gente con la que tratamos a diario a nivel profesional no sólo tiene ante nosotros a un proveedor de servicios, sino a alguien de quien se puede fiar y confiar. Alguien con quien trabajar es agradable, no una pelea por sacar la mayor tajada todo el tiempo. Y también nos gusta pedir lo mismo a nuestros clientes»

– En Creative Cocos dáis prioridad a los proyectos relacionados con defensa de los derechos humanos, protección de los animales y conservación del medio ambiente ¿Cuáles habéis desarrollado?
Hemos desarrollado varios proyectos sociales y nos gustaría abarcar más: hemos trabajado con Veterinarios sin Fronteras, hemos hecho la web de Afterguantanamo -que exige responsabilidades por los crímenes que se cometen en esa cárcel ilegal-, y colaboramos con la Asociación de Estudiantes del Programa de Universitarios Mayores de la universidad Autónoma (AEPUMA). También hemos colaborado en la creación de empresas sociales en los peores momentos de la crisis española, como La Distribuidora Ecológica, Le Solé Organic o Komune Coworking, y actualmente estamos programando y diseñando la nueva web de la asociación Alpedrete Sostenible, que trabaja por defender a los ciudadanos de la especulación urbana en este municipio -una tarea que nos parece especialmente importante, que deberían hacer los políticos, y que no sólo no hacen, sino que la promueven-.

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– También, de manera independiente y como programador, te has involucrado en causas sociales desarrollando páginas web y software para diferentes plataformas y causas, ¿en cuáles has participado y de qué manera?
Fui co-administrador de la página web y los servicios asociados del movimiento 15M en el municipio de Alpedrete durante cuatro años. Actualmente colaboro con la asociación cultural El Remolino, aunque no en calidad de informático, sino simplemente como ciudadano.

 

– Personalmente ¿qué supuso para ti el 15M y cómo has canalizado tu intención de cambio de la sociedad?
Fue una sacudida, un terremoto en nuestras adormecidas conciencias. Entre las cosas más importantes que aprendí durante estos años están la certeza de que la gente puede unirse y colaborar desinteresadamente. El espíritu del 15M sigue vivo entre los miles, millones de personas que participamos activamente en el movimiento, a pesar de que después de cinco años las cosas se han enfriado un poco. Por sí solas ya lo habrían hecho, pero el terrible gobierno que tenemos se ha encargado de criminalizarnos con todos los medios a su disposición, y eso ha hecho que la gente tenga más miedo y ya sabemos para qué sirve el miedo. Sin embargo estoy convencido de que o lo hacemos “bien” como especie, o nos extinguiremos, así que nuestro camino pasará por entendernos y crear una sociedad colaborativa, no competitiva, con valores y formas fuera del capitalismo que conocemos, más parecidas al 15M que a nuestro modelo actual. O sino otra especie tomará el relevo cuando el último de nosotros haya perecido billetera en mano.

Juan Capristan. CreativeCocos. Foto Berta Delgado

«Entre las cosas más importantes que aprendí durante estos años están la certeza de que la gente puede unirse y colaborar desinteresadamente. El espíritu del 15M sigue vivo entre los miles, millones de personas que participamos activamente en el movimiento»

– ¿Qué nuevos proyectos de democracia participativa te gustaría desarrollar en el futuro?
La vivienda es un bien de primera necesidad, uno de los tres bienes fundamentales que incluso aparece garantizado y dignificado en todas las constituciones del mundo, y sin embargo dichas promesas constitucionales se incumplen sistemáticamente en favor de los mercados, del capital. Creo que hay que trabajar en convertir la vivienda en un bien realmente garantizado y digno, y creo que la única manera de hacerlo es arrancarla de las manos de los mercados. Actualmente estoy trabajando en el desarrollo a nivel teórico de esa idea, y por supuesto en el futuro me gustaría poder llevar esas ideas del papel a la realidad. Pero es una tarea compleja y necesita de una masa crítica de personas empujando en la misma dirección para que pueda funcionar, por lo que es preciso tener la idea bien desarrollada y esperar a que se den las circunstancias adecuadas.

 

«La vivienda es un bien de primera necesidad, uno de los tres bienes fundamentales que incluso aparece garantizado y dignificado en todas las constituciones del mundo, y sin embargo dichas promesas constitucionales se incumplen sistemáticamente en favor de los mercados, del capital»

– Siempre te ha interesado la literatura y escribes relatos en tu tiempo libre.
¡Desde que soy padre no tengo tiempo libre de ese tipo! (risas). Pero sí, me encanta escribir relatos e incluso tengo una novela terminada (que no publicada) y otra a medias, pero por ahora toda esa parte de mi vida está guardada en un cajón a favor de mi hijo, de mi familia, de las asociaciones con las que colaboro y del desarrollo de las ideas que anteriormente comentaba. Sin embargo espero poder volver a escribir historias en algún momento no muy lejano. Por ahora me contento con leer y ver  historias de otros.

 


– ¿Cómo es tu ocio?
Mi tiempo de ocio ha cambiado mucho. He cambiado la escritura, los viajes y el deporte ocasional por los parques de bolas, las tirolinas, la pista de patinaje y las quedadas con otros papás con hijos pequeños. No es una queja, todo es muy divertido, con un niño todo tu tiempo se transforma, es una etapa llena de nuevas relaciones y emociones.

 

 

– Un deseo que te gustaría que se hiciera realidad
Ver un ovni, sin lugar a dudas.

 

Juan Capristan. CreativeCocos. Foto Berta Delgado

 

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