3 abril, 2024 / Portadas
«Me ilusionan los proyectos, las cortezas y las personas»
Inma Flor es especialista en Diplomacia Cultural y Relaciones Institucionales. Su sólida trayectoria profesional abarca su paso por grandes empresas del ámbito cultural como La Fábrica o el Istituto Europeo di Design. Actualmente, desarrolla su trabajo en estas áreas de especialización en el Instituto Polaco de Cultura en Madrid, un cargo que exige inteligencia, creatividad y sensibilidad para entender y dar a conocer la cultura polaca en España. Paralelamente, desarrolla su carrera como artista de collage bajo el pseudónimo de Mujer Corteza y su obra ha estado presente en galerías de arte y museos dentro y fuera de España.
Conversamos con Inma Flor, una profesional impecable en su trabajo en el día a día, y con una vitalidad y sentido del humor contagiosos.
– Eres Licenciada en Psicología en la especialidad de Recursos Humanos por la Universidad de Valencia ¿qué es lo que más te interesó de la carrera y de la especialidad?
La envidia del pene, el complejo de Edipo o Electra, el sexo según Masters y Johnson, Freud, Lacan, Woody Allen… Todo este totum revolutum me llevó a estudiar psicología; también la necesidad de poner algo de orden al caos, desde luego, y el ansia de conocimientos; aunque, en realidad, creo que se aprende más fuera que dentro de la Universidad, y tampoco.
– Realizaste el Máster en Dirección de Comunicación en CESMA ¿por qué decidiste que querías dedicarte a la comunicación, y en concreto a la comunicación cultural?
La idea era dejar atrás el divertidísimo mundo de la consultoría. Estudiar un máster en comunicación parecía la solución más sencilla para salir airosa de Deloitte. Desde entonces, el ámbito cultural me ha devorado y, en agradecimiento, yo devoro los canapés que me sirven en los cócteles a los que me invitan.
«La idea era dejar atrás el divertidísimo mundo de la consultoría»
«Desde entonces, el ámbito cultural me ha devorado»
– Fuiste coordinadora de proyectos web y creadora de contenidos y posteriormente coordinadora editorial para La Fábrica ¿cómo fue esta etapa para ti?
La Fábrica siempre deja su impronta. Te conviertes, de la noche a la mañana, en un operario (de la cultura). Y eso es impagable. De ahí que trabajar en cultura esté tan mal pagado. No lo digo yo, lo dice el mercado.
– Trabajaste en comunicación en el Istituto Europeo di Design en Madrid ¿cómo fue esa experiencia y qué aprendiste en ese momento?
Aprendí que uno puede aburrirse en el trabajo, pese a estar en uno de los lugares con mayor potencial del mundo mundial. Aprendí también que los Reinos de Taifas no sirven para hacer equipo y que cualquier persona con un mínimo de decoro no permitiría determinadas actitudes de abuso.
– En la actualidad y desde hace 7 años trabajas en Comunicación Corporativa e Institucional del Instituto Polaco de Cultura ¿cómo es tu trabajo en el día a día?
Casi tan interesante como pueda parecer en mis redes. Al final, todos tenemos que asumir un Excel en nuestro trabajo. No obstante, no puedo quejarme. Mi trabajo es pura fantasía, sobre todo, desde que la gestión cultural se ha sumado a mis tareas de comunicación y relaciones institucionales.
«Mi trabajo es pura fantasía»
«sobre todo, desde que la gestión cultural se ha sumado a mis tareas de comunicación y relaciones institucionales»
– La cultura polaca está mucho más presente de lo que pensamos ¿de qué manera busca el Instituto Polaco darla a conocer y qué actividades organiza?
Nuestro objetivo es dar a conocer la cultura polaca en España, no como algo unívoco, sino como algo rico y diverso (artes escénicas, artes visuales, música, cine, literatura…). Tratamos de apoyar a los creadores polacos en su contacto con España y buscamos constantemente colaborar con instituciones españolas para dejar nuestra impronta en el ámbito nacional (Teatro Real, Círculo de Bellas Artes, Planetario de Madrid, Museo del Romanticismo, Filmoteca Nacional, MNCARS, Ateneo de Madrid, Universidad Complutense de Madrid, PHotoEspaña o la Feria del Libro, entre muchos otros).
«buscamos constantemente colaborar con instituciones españolas para dejar nuestra impronta en el ámbito nacional»
– ¿Cómo es la percepción de España en Polonia y viceversa?
Creo que la cultura polaca sigue siendo una gran desconocida, y esto te lo digo como española, no como profesional. Se identifican y no siempre, los nombres más potentes: Zygmunt Bauman, Roman Polański, Andrzej Wajda, Wisława Szymborska, Olga Tokarczuk, Agnieszka Holland, Adam Zagajewski, Ryszard Kapuściński, Krzysztof Penderecki, Wojciech Kilar, Kristian Lupa, Jerzy Grotowski y, cómo no, la icónica ex-embajadora de Polonia en España, Marzenna Adamczyk, que se hizo viral gracias a su divertidísima e inteligente participación en La Resistencia de Broncano. Pero Polonia es más, mucho más. ¿Cómo nos ven ellos a nosotros? Tendrás que preguntárselo a los polacos.
«la cultura polaca sigue siendo una gran desconocida»
– ¿Qué particularidades tiene la comunicación institucional en diplomacia cultural?
Quizá la única particularidad estriba en que en la segunda tienes que estar ojo avizor para no generar ningún tipo de conflicto diplomático en la estela de la desternillante ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú de Kubrick (Peter Sellers mediante).
«la única particularidad estriba en que en la segunda tienes que estar ojo avizor para no generar ningún tipo de conflicto diplomático»
– Desarrollas en paralelo tu carrera de artista plástica bajo el nombre de Mujer Corteza ¿cuándo comenzaste con el collage y qué significa para ti tu obra?
Empiezo a hacer mis primeros collages en 2015. Primero bajo el pseudónimo de Carnicera con papeles, en clara alusión a las piezas y despieces que dan vida a los collages, y desde 2020 como Mujer corteza. Desde entonces, he realizado talleres y he participado en diversas exposiciones colectivas e individuales. Entre ellas, Collage y Palabra, comisariada por Mujeres que Cortan y Pegan, en DIMAD (Matadero Madrid), ANTIFASH, comisariada por Eje Central cc, en la Galería Moloch (Coyoacán, Ciudad de México), Las cortezas. Del siglo I al XXI, en Bastardo Hostel (Madrid) y en la Antigua Resinera de La Adrada (Ávila), y Tejiendo y destejiendo cortezas en el Museo de Historia de Nules (Castellón) dentro de La Nit de L’Art.
¿Qué significa para mí mi obra? Tengo claro que las cortezas, en su valor simbólico, me permiten expresar visualmente lo que las palabras, colonizadas, no pueden. No en vano, las cortezas fueron unas de las primeras superficies sobre las que los romanos escribieron antes de conocer los rollos egipcios. Lo cuenta Plinio el Viejo en el siglo I, y lo recoge Irene Vallejo en el siglo XXI en su celebrado y muy recomendable ensayo El infinito en un junco. Lo que hago yo es contar historias, pero de manera gráfica.
«Tengo claro que las cortezas, en su valor simbólico, me permiten expresar visualmente lo que las palabras, colonizadas, no pueden»
«Lo que hago yo es contar historias, pero de manera gráfica»
– ¿De qué proyectos te sientes más orgullosa de tu trayectoria?
Mi trabajo fue galardonado en 2021 con el Tercer Premio en la IV Edición del Festival Lírica al Margen (convocatoria comisariada por la galería Visión Ultravioleta) por la pieza Lo que de ti emerge(ncia); fui la ilustradora invitada para el número 120 de la revista TELOS de Fundación Telefónica (2022) y fui la artista elegida para crear la portada del disco Mi concierto en el balcón de Paula Mattheus (2022). Todo esto ya me deja satisfecha. Pero también el hecho de haber sido capaz de conceptualizar y materializar una instalación en el Museo de Historia de Nules (una Iglesia que data del siglo XVI) y volcar en ella temas como el arraigo, la muerte (por línea materna) o la religión. Esta es una línea de trabajo en la que quiero ahondar: seguir haciendo collages con cortezas, y complementar o profundizar en su significado ayudándome de instalaciones artísticas.
«Esta es una línea de trabajo en la que quiero ahondar: seguir haciendo collages con cortezas, y complementar o profundizar en su significado ayudándome de instalaciones artísticas»
– ¿En qué momento profesional y vital te encuentras ahora?
Estoy en un momento dulce, cual proustiana magdalena. Me ilusionan los proyectos, las cortezas y las personas.
«Estoy en un momento dulce»
– ¿Cómo es tu tiempo cuando no trabajas?
Parafraseando a Woody Allen y llevándole la contraria, yo no “necesito tranquilidad absoluta para terminar mi monografía sobre el cangrejo ermitaño”. Pretendo asumir en una misma vida clases de piano, francés, terapia, libros, pelis, pádel, bici, amigas o eventos culturales múltiples y variados… De momento, funciona. No he necesitado aumentar mi dosis de Tranquimazín. Será que no tengo perro que me ladre.
– Un deseo que te gustaría que se hiciera realidad…
¿Sólo uno?
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