«El color es con lo que comprendo qué sucede»
Eva Zaragozá es artista plástica. Para ella el arte y vida se mezclan sin jerarquías: es tan importante pintar un lienzo como hacer un retrato, pasear por la calle o tomar un café con un amigo. Tampoco existen divisiones a la hora de crear y en su obra pasa con libertad por la pintura, la performance, el modelado, la educación, arriesgando y viviendo los nervios de la duda.
Nos encontramos con Eva Zaragozá en el barrio de Lavapiés, donde se encuentra su estudio Fosforita Madrid, un espacio de arte donde suceden mil cosas diferentes y que es el centro de su investigación doctoral. Descubrimos su interesante mundo, donde el color es la vía para entenderlo.
– Eres artista plástica ¿desde qué momento supiste que era la profesión que querías desarrollar?
Desde que soy pequeña. A mi alrededor, mucha gente utilizaba la pintura, el teatro, la cocina, los paseos por el campo para contarme cosas. Mi padre me narraba historias a través de dibujos muy rápidos; mi tía Ana pintaba cuadros con los que aprendí a delinear mis inquietudes, mis misterios; en el cole me dejaban pintando en vez de haciendo cuentas; me presentaba a concursos de las fiestas de la barriada en la que vivía en Burgos y ganaba; con mi hermana y prima María gozaba de libertad total para coser, hacer papel maché, dibujar, playbacks juntas… Aunque ella siempre era la mejor.
Me esforcé desde muy temprano y la satisfacción de cada reto me preparaba para el siguiente. Mi mamá se ponía muy contenta, me di cuenta pronto que lo hacía para los demás, para sorprenderles, para que me quisieran mucho y yo decidía cómo. Siempre estuvo muy presente y sentía que comprendía, que yo también podía hacer muchas cosas que veía en otros artistas, que sabía cómo comenzar.
También, de adolescente venía a Madrid y mi primo Pablo nos paseaba por el Reina Sofía, hacíamos sonar las esculturas de Oteiza, me susurraba sus ideas de por qué el Guernica es en blanco y negro, impulsábamos la sirena varada de Chillida en el jardín de las esculturas de Nuevos Ministerios… También me alimentaba de las obras de teatro de mi prima Rut cargadas de Marcel Marceau, Artaud, Lorca, Kafka y también de las que mi primo Álvaro construía en la Escuela de Arquitectura con obras de Ionesco o Beckett.
Ahora bien, de cómo decidí dedicarme profesionalmente, pues porque decidí vivir, y no había otra forma de hacerlo que haciendo arte.
«Sentía que comprendía, que yo también podía hacer muchas cosas que veía en otros artistas, que sabía cómo comenzar»
«Decidí vivir, y no había otra forma de hacerlo que haciendo arte»
– Te formaste en la Facultad de Bellas Artes de la UCM ¿cómo fue tu paso por allí?
Llegué con ganas porque ya había cursado con Mercedes Replinger asignaturas de libre elección cuando estaba estudiando en la Facultad de Filosofía, y también me puse crecidita porque sin haberlo hecho antes, hacía lo que me pedían sin problemas. No había hecho nada académico de arte, excepto acudir durante un año a una escuela para mayores junto con mis querídísimas tía Ita y tía Aurora. Disfruté mucho de la gente con la que compartí esos años.
Me interesó mucho Josu Larrañaga y un profesor de Historia que se llamaba Miguel Ángel, me movían las entrañas. Aprendí a dibujar modelando con barro y plastilina. Me hubieran gustado más clases magistrales, para mí es muy importante la fuerza del contagio, es decir, de lo que puedo imaginar que la otra persona es y hacerlo mío. Lo que quiero decir es que para mí le faltaba emoción. También eché de menos más libertad, a veces sentía que cortaban las alas a caminos que se podrían haber transformado en aprendizajes distintos, no sé, me parece que estaba todo un poco homogeneizado de más, de antemano te mostraban qué era lo que querían de ti, cómo pintar.
«Para mí es muy importante la fuerza del contagio, es decir, de lo que puedo imaginar que la otra persona es y hacerlo mío»
– La pintura está presente en tu trabajo diario ¿por qué prefieres esta disciplina frente a otras?
No hay forma para definir qué es más importante, cada día es una cosa distinta. Sí que es verdad que pinto, pero con la misma atención cocino, paseo, escucho, guío las clases en mi estudio. Por lo tanto, en cuanto a qué disciplina va primero pues es todo a la vez, vida y arte están mezclados, no hay jerarquías, no hay división, todo está unido, incluso se podría incluir pintura, performance, comer, escribir, ir a la compra y tomar un café con un amigo en mis disciplinas preferidas.
Me gusta asimilar arte a juego. Yo vivo porque juego con las cosas del día a día. Me siento comprometida con la realidad, con una construcción dramática de la vida, con el amor, con la imaginación. Sin embargo, es cierto que cuando estoy pintando es cuando más contenta soy.
«Vida y arte están mezclados, no hay jerarquías, no hay división, todo está unido, incluso se podría incluir pintura, performance, comer, escribir, ir a la compra y tomar un café con un amigo en mis disciplinas preferidas»
«Me gusta asimilar arte a juego. Yo vivo porque juego con las cosas del día a día»
– ¿Qué es el color para ti y cómo trabajas con él?
El color es con lo que comprendo qué sucede. La composición, la luz, el movimiento, las texturas, el pensamiento, la burla son color ¿no? Cómo funcionan entre ellos, cómo me poseen cuando juego con ellos es lo que más me sorprende, como me sorprende un momento de soledad escogido: anticipas lo que puede llegar a ser pero no lo experimentas hasta que lo haces, lo sientes.
No comprendo los colores y apenas sé nombrarlos y no trato de hacerlo. Los escojo, eso sí, y también los sé reproducir. Pertenecen a otra memoria o a otra parte de la memoria, como los olores. La atención es la herramienta que utilizo. En la tesis que estoy escribiendo digo que es más importante aprender de Newton su atención con la manzana, que su ley de la gravedad y me esfuerzo en comprender cómo se aprende esta atención en mi pintura, mientras me lavo los dientes, doy un paseo o miro un rostro.
«El color es con lo que comprendo qué sucede»
«Los colores pertenecen a otra memoria o a otra parte de la memoria, como los olores»
– Tu obra plástica se mueve entre la abstracción, como la serie «Estudios Histéricos del Color» y la figuración donde trabajas retratos…
Creo que la separación entre abstracción, figuración, realismo, naturalismo, pop, expresionismo, conceptual… hace mucho daño cuando quieres hacer arte. Para mí acogerse a esta clasificación es como ser burrito blanco cuando se juega. No te mojas, no haces trampas, no transformas, porque de antemano te has situado en una posición cómoda en la que todo el mundo te reconoce. Actúo de la misma manera cuando pinto “Los estudios histéricos de color” que cuando pinto retratos, que cuando decido preparar una performance o cuando doy la clase de los jueves. Me sucede lo mismo en la barriga. Entonces, decido parar cuando han llegado a un punto que creo que es lo que determina mi sentir-pensar-miento o también, si ya es la hora de irse.
Mis amistades dicen que hago una tortilla sensacional, cuando me dispongo a hacerla siento los mismos nervios que cuando comienzo un cuadro. En cambio, cuando tenía que escribir un examen que me sabía a la perfección, se me ponía un nudo en la garganta porque me entraba una pereza tremenda, ya sabía que iba a sacar un diez. Me sentía culpable de esa pereza. Es cierto que luego, cuando comenzaba a escribir trataba de hacerlo con mucho estilo y entonces me divertía. No me gusta sentirme culpable, necesito los nervios de la duda, de la incertidumbre para pasarlo bien desde el principio, lo que no implica que me lo pase bien después…
«La separación entre abstracción, figuración, realismo, naturalismo, pop, expresionismo, conceptual… hace mucho daño cuando quieres hacer arte»
«No me gusta sentirme culpable, necesito los nervios de la duda, de la incertidumbre para pasarlo bien desde el principio»
– Recientemente has presentado parte de tu serie «Estudios Histéricos del Color» en APPA Art Gallery dentro de la exposición colectiva «Resistencia Cromática» comisariada por Andrea Perissinotto y compartiendo espacio con los artistas María Hi San, Greta Hammond, Luis Sanz, Alejandro Muñiz y Miguel de Unamuno ¿qué ha supuesto para ti esta exposición?
Disfrutar de compartir un espacio estupendo con gente con la que me gusta estar porque me río mucho con ella ha sido la gran satisfacción de formar parte de “Resistencia Cromática”.
– En la inauguración y junto a la artista María Hi San presentaste la performance «Diálogos con el cuerpo» con éxito de público y de participación, ¿cómo fue el desarrollo de la performance y cómo te sentiste?
Me encantó inaugurar agosto junto a Maria Hi San con la performance «Diálogos con el cuerpo». Esta performance que desarrollé en la plaza de Matadero Madrid como una acción artística educativa abierta al público y que duraba más de tres horas, fue primero un taller sobre la relación entre el dibujo y el cuerpo en mi estudio Fosforita Madrid, taller que me pidió una alumna a la que le atraía experimentar con el trabajo de la artista Heather Hansen.
En APPA Art Gallery participaron muchas gentes que sin saber por qué se tiraban al suelo y retozaban con carbocillos en las manos para dejar en el lienzo y en el papel huellas de esos movimientos tímidos al inicio. A medida que avanzaba la acción los movimientos se hacía más amplios y la confianza permitía que los cuerpos se tocasen, se manchasen, y cuando se invitó al público a jugar con globos de agua rellenos de tinta china, a explotarlos encima de las artistas, a lanzarlos contra la escenografía, la acción se aceleró tanto que hubo incluso una conmoción en cuanto a si era correcto o no, si tenía sentido o no, si se disfrutaba ensuciándose o no… Duró una hora aproximadamente.
Me preocupa mucho el tiempo en las performances. En ésta, me interesaba conseguir que los cuerpos palpitasen al unísono, que fuese contagioso, algo muy abierto y en la calle, bajo estas ideas trabajé junto a María para prepararla, fue un placer colaborar con ella.
«Me preocupa mucho el tiempo en las performances. En ésta, me interesaba conseguir que los cuerpos palpitasen al unísono, que fuese contagioso, algo muy abierto y en la calle»
– Próximamente presentas una serie de nuevos retratos bajo el nombre «Caritas» dentro de la programación del Hybrid Festival , donde también retratarás en vivo a quien quiera asistir ¿cómo estás enfocando este trabajo?
Lo afronto como siempre que me pilla el toro: mucho trabajo, mucho empacho. Sin embargo, es difícil que deje de comer y de dormir muy bien junto a mi amado Javi.
Para “Caritas” decidí continuar con un proyecto que comencé hace tres años y que se llama “Domesticación”, en el que experimento e investigo con los tiempos del trabajo del arte y de la cotidianeidad a través de la escultura, el dibujo, la pintura, la performance, el vídeo, la intalaciuón, etc… «Caritas» es el trabajo que presento para esta edición de Hybrid Open Studio. Son retratos del natural de las personas a las que quiero gustar mucho, mis caritas, mis amores.
También creo que “Caritas” es una continuación de otro proyecto al que llamo “¡Ilústrate!”, que comenzó hace un montón, cuando en el Mercado de Motores hacía retratos en directo. Luego, lo he seguido haciendo en otros lugares y sobre todo en Fosforita Madrid. A mí me gusta pintar del natural, sin embargo, a partir de estos retratos la gente me fue encargando que ilustrase a sus seres queridos a partir de fotografías y yo los he hecho. Necesito dinero, siempre necesito dinero y sobre todo he hecho encargos de pintar a personas de su imagen en una foto. Para esta ocasión quería que me posasen, pasar al menos tres horas en su compañía, compartiendo el calor de nuestros cuerpos.
Es imprescindible mencionar que mi compañero de estudio y artista Le Frère también expondrá su ironía y buen hacer con una serie de retratos de personas famosas por diferentes cosas, a las que mezcla, sabotea, deja en paños menores o hace que brille más su estrella. ¡Así que el 14 de septiembre a las siete esperamos que toda criatura curiosa se acerque por Fosforita para saludarnos en la inauguración!
«A mí me gusta pintar del natural, sin embargo, a partir de estos retratos la gente me fue encargando que ilustrase a sus seres queridos a partir de fotografías y yo los he hecho»
– Tu taller Fosforita Madrid se encuentra en el corazón del barrio de Lavapiés en Madrid ¿cómo es tu día a día allí?
La verdad es que es un lugar que ha pasado por diferentes fases y personas, tiene mucho hueso. Lleva más de seis años en pie y hemos construido en él de todo, siempre desde un estar decididamente artístico: conciertos, performances, exposiciones, clases, charlas, proyecciones, talleres, comidas, cumpleaños, festivales, siestas, mercadillos, subastas… Aunque desde que me he puesto en serio con la tesis doctoral, que precisamente versa sobre este espacio artístico, paradojas de la vida, he pasado menos tiempo de lo que deseaba en él.
Sin embargo, a partir de este inicio de curso del 2019 y junto a mi compañero Le Frère, tenemos la intención de poner en marcha la asociación, de hacer más eventos artísticos, de disfrutar de nuestros vecinos, vecinas y vecines y de toda la gente que nos ha seguido y a la que queremos mucho también… ¡Y de salir a explorar otros universos!
Mientras tanto, en el día a día nos saludamos y nos ponemos cada cual a lo suyo, en mi caso, casi siempre a pintar.
«Fosforita Madrid lleva más de seis años en pie y hemos construido en él de todo, siempre desde un estar decididamente artístico: conciertos, performances, exposiciones, clases, charlas, proyecciones, talleres, etc»
– A finales de julio participaste junto al artista Le Frère en el montaje de la ópera Pimpinone de Teleman, una ópera de cámara que se presentó en el Teatro Principal de Zamora ¿cómo fue esta experiencia?
¡Sí! ¡Fue fabuloso pintar un telón barroco de seis por seis junto a mi compi de faenas mientras sucedía la ópera en el escenario!
Marta Eguilor, que es una directora de escena de Ópera nos lo propuso y respondimos un sí rotundo. Así que nos disfrazamos de soldados rasos de las SS para esta interpretación, y a las órdenes de nuestro oficial, el cantante, que adora a Telemann nos ponemos a participar en una meta ópera sobre Pimpinone, junto a él y su criada judía, hasta que de repente, todo se tuerce y se para, como una muerte súbita, roja y perversa. Ha sido fantástico conocer cómo se trabaja en la Ópera, conocer a la cantante y al cantante, a la pianista y hacerlo en Zamora, en su lindo teatro principal, puesto que es la ciudad que vio nacer a mi padre. ¡Tenemos muchas ganas de más!
«¡Fue fabuloso pintar un telón barroco de seis por seis junto a mi compi de faenas mientras sucedía la ópera en el escenario!»
– Además de esta colaboración ¿en qué otros proyectos de artes escénicas has participado y cómo es tu relación con este medio?
María Folguera, dramaturga, escritora, directora de teatro, actual directora del Teatro Circo Price y amiga sabia que me transmite mucha confianza, me propuso participar en su obra “La guerra según Santa Teresa” junto a la actriz Julia de Castro y el actor Carlos Troya. De esto hace más de seis años, la última vez fue en el Festival de Otoño del año pasado en el Teatro Pradillo. Con esta obra me siento en escena como una especie de médium, de tercer elemento discordante, como una bola adivinatoria que anticipa o transcribe los antojos del tiempo. Me sitúo en un rincón y pinto, también me levanto y digo alguna frasecilla de Santa Teresa de Ávila… También he participado en otras obras de teatro organizadas por estudiantes como como actriz o he participado en una varieté junto a mi prima y actriz Rut Castronuovo que se llamó “La tremenda”, y también sola, en fiestas.
– ¿Qué proyectos te gustaría realizar en el futuro?
Sobre todo compartir mi vida con todas la lindas criaturas a las que amo y amaré, mis caritas.
Luego depositar la tesis doctoral y mientras esto va sucediendo pintar y organizar la actividad artística educativa de Fosforita Madrid. A largo plazo, escribir un libro, plantar un árbol… seguir haciendo lo que hago, no mejor porque es imposible y cobrando muchísimo más (risas).
«Seguir haciendo lo que hago, no mejor porque es imposible y cobrando muchísimo más (risas)»
– Un deseo que te gustaría se hiciera realidad
No tener miedo a quedarme sin dientes.
«Deseo no tener miedo a quedarme sin dientes»
Más información
Instagram Eva Zaragozá @eva.ezm
Eva Zaragozá en Hybrid Art Festival
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