«es la poesía la que me eligió a mí, siempre me he querido expresar mediante la poesía, que es el arte más difícil y denso del lenguaje»
Eva Aladro
Eva Aladro es Doctora en Periodismo y escritora de poesía. Alterna su actividad creativa con la docencia y la investigación sobre Teoría y Ética de la Información en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Además participa activamente en diferentes movimientos sociales por la recuperación de la cultura como la Plataforma de Ayuda al Teatro Albéniz desde hace casi diez años.
Conversamos con ella en este entrevista sobre creatividad, los nuevos caminos del periodismo, sus viajes y visión de los movimientos sociales.
– ¿Por qué eliges la poesía frente a otros géneros literarios para crear?
La verdad es que es más bien al revés, es la poesía la que me eligió a mí, siempre me he querido expresar mediante la poesía, que es el arte más difícil y denso del lenguaje. Es muy curioso porque no se puede explicar, ni poner a nombre de uno mismo, lo que escribe como poesía, es una especie de posesión del yo por una expresión que a menudo ni siquiera refleja la propia personalidad, ni las vivencias. La poesía para mí es dueña de mi propia vida.
– ¿Hay alguno de tus libros que sea especial frente a los demás?
Lo último que he publicado son dos libros a los que les doy mucha importancia, el primero es para mí un hito en mi poesía, lo escribí con un espíritu diferente a todo lo anterior. se llama 40 Poemas a la Libertad. Es el libro del que te hablaba antes El más reciente es El libro de los niños, que recoge poemas de los últimos diez años, y que es uno de mis libros más extensos.
?- ¿Cuáles son tus referencias creativas?
Mi poesía es muy natural, ligada al paisaje, a los sentimientos básicos. Me inspira la naturaleza más simple que pueda haber, una flor en el Retiro o una súbita tormenta en la ciudad. Leo toda la poesía y literatura que me cae en las manos, aunque también filosofía o mitología antigua. No distingo mucho entre creación y pensamiento, la verdad. Creo que todo es lo mismo, sin renunciar a la estética, que guía la armonía del conjunto. Me inspiran muchos creadores de todas las áreas, de Simone Weil a Anne Sexton, de Temple Grandin a Teresa de Jesús. Y no me importa que el creador sea plástico, artesano o material, también me inspiran mucho los trabajos de materias como la arquitectura o la pintura. Pero como decía antes, a veces me encuentro escribiendo un poema que sinceramente no sé de dónde viene, ni a qué sujeto debo atribuirlo, es una cosa realmente mágica.
«a veces me encuentro escribiendo un poema que sinceramente no sé de dónde viene, ni a qué sujeto debo atribuirlo, es una cosa realmente mágica.»
– Publicaste también Historias de Turrón, un libro tanto para niños como adultos sobre tu perro. ¿Cómo fue la experiencia?
Maravillosa, la verdad, el proyecto nació afortunado desde el principio, creo que trabajamos fantásticamente en un equipo creativo, y que el resultado fue precioso e inolvidable, desde todos los puntos de vista. Supone un tipo de obra que nunca habíamos trabajado, pero el resultado fue muy bonito y entrañable. Es un auténtico gusto hacer cosas que son importantes por su propia belleza, por su pequeña perfección.
Como digo, desde arquitectos a pintores, escritores o músicos. Tengo muchos autores que me ayudan a crear mis propias obras. Por decirte tres ahora mismo, Walter F. Otto –un experto en Grecia-, Carl Gustav Jung –el psicólogo del inconsciente colectivo- y Rosario Castellanos, una poeta mexicana de primer orden… Me ocurre muy a menudo que la energía de un creador de cualquier campo me despierta para hacer cosas. Para crear yo misma, como si entrara en la misma onda de actividad.
– ¿Trabajas ahora en nuevos proyectos literarios?
Sí, nunca paro. En realidad tengo varios proyectos que van creciendo y cuando forman un todo, entonces los saco a la luz. Ahora mismo estoy trabajando, por ejemplo, en torno a ciertas ideas y experiencias de la naturaleza y su inmenso poder poético. Y escribo otros tipos de textos también ahora mismo. Entre ellos, una novela romántica/mística, que siempre continúo, y que publicaré anónima en algún momento de debilidad (risas).
– Podemos leerte cada semana en tu blog Hacer algo con las manos, ¿qué te llevó a abrir este blog?
Fue la necesidad de comunicarme con la gente que piensa como yo, y poder expresar esas ideas repentinas que admiten todo un despliegue y que te orientan en el mundo. A veces son ideas mías, a veces son comentarios a la obra de otros, y a veces, versos sueltos o recomendaciones de música. Me ayuda a mantener el hilo de la reflexión, y además, a compartirlo, un lujo que antes nadie podía permitirse. Algunos artículos están siendo publicados, además, en el Blog El Caballo de Nietzsche del periódico digital Eldiario.es.
– ¿Cómo es la relación con tus lectores?
Es muy buena y siempre sorprendente, pues mediante la red existe una ligazón inesperada con el mundo que te conecta cuando menos lo esperas y con quien nunca pensaste. Los escritores nos guiamos por nuestra propia intuición, y los lectores también. Cuando se produce el encuentro, y compartes cosas o ideas, es una gran alegría. Creo que la comunicación ha dado un salto inmenso con la red.
– Además de escritora eres profesora en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid
¿Qué te ha enseñado el trato con los alumnos todos estos años de docencia?
Dar clases para mí es otra tarea creativa como escribir y pensar. Ocurre como con el blog, es una auténtica sorpresa constante la reacción que se va a producir en una clase o qué efectos van a tener las lecciones. Para mí es una fuente muy grande de satisfacción, además de permitirme seguir aprendiendo. Es de las cosas que más me gusta hacer, dar clase.
– ¿Cómo ha cambiado el periodismo en estos últimos años en España?
Estamos pasando una época muy convulsa, con grandes caídas de ventas y un cambio total de negocio, que hace que los llamados periódicos de masas o la TV generalista estén desapareciendo, pero a cambio, está surgiendo un periodismo muy activo, dinámico y original en muchos espacios nuevos de la red, y en la televisión a la carta. Creo que el momento es de catarsis total. Pero también es la primera vez que escritores y periodistas disponen de tecnologías y herramientas para poder trabajar con independencia y autonomía total, y eso está empezando a dar frutos por todas partes. Estamos en un momento bipolar.
«está surgiendo un periodismo muy activo, dinámico y original en muchos espacios nuevos de la red. y en la televisión a la carta. Creo que el momento es de catarsis total.»
– ¿Qué medios de comunicación consideras que están haciendo un mejor trabajo en este momento?
Me gustan mucho los medios digitales, los periódicos, y me gusta Twitter como difusor de innovaciones y enlace de otras redes. Hoy es posible leer una noticia en el periódico Público, o en CuartoPoder, o en Eldiario, y cambiar a otro medio rápidamente. Y en concreto, me gusta el trabajo que están haciendo periodistas como Juan Ramon Robles o Jordi Évole, con todas sus peculiaridades. También consulto los medios tradicionales, pero cada vez menos, la verdad.
– ¿Cómo ves la siguiente generación de periodistas?
Parece que volvemos a una profesión de riesgo, muy aventurera, voluntariosa y vocacional, como era el periodismo cuando nació. Ahora los periodistas tienen que acostumbrarse a todo, trabajar casi sin ganar dinero, y aprender muchísimo de las otras profesiones que trabajan la información. Quizás volvamos al periodismo como arte, como oficio de vocación creativa. Creo que es una buena cura de orgullo, y que la generación que ahora empieza será mejor, si consigue sobrevivir a este momento convulso.
«volvemos a una profesión de riesgo, muy aventurera, voluntariosa y vocacional, como era el periodismo cuando nació. (…) la generación que ahora empieza será mejor, si consigue sobrevivir a este momento convulso.»
– El pasado año viajaste a Méjico y a Alemania para dar unos cursos en la Universidad, ¿qué diferencias has encontrado con España?
Pues efectivamente son dos países muy diferentes. Lo que más me ha llamado la atención es hasta qué punto compartimos, en el mundo, la misma civilización conectada y global, y los mismos hábitos en todas partes, de consumo, vida urbana, recurso al arte y a la creación para sobrevivir, y gusto por la vida sana, por ejemplo. Pero luego cada país es un universo bien diferente. He encontrado muchísima energía vital en Méjico, y una vida mucho más cómoda y sencilla en Alemania. Son dos opuestos muy llamativos. En México hay pobreza y violencia pero el país rebosa riqueza natural y humana a raudales. Alemania es un país sin problemas, pero más reducido en riquezas de fondo, que a lo mejor por ello se ha blindado mejor. No creo que se pueda decir que un país es mejor que el otro. Nosotros tenemos rasgos de ambos, y estamos de algun modo a caballo, o podríamos hacer de puente cultural entre ambos.
– Y este año has impartido unos cursos en la Universidad en Grecia, ¿es su situación tan grave como se percive a través de los medios de comunicación?
Bueno, afortunadamente no he tenido esa impresión: creo que los medios siempre deforman las dimensiones de los temas, y viendo las calles de Atenas y hablando con los profesores de Grecia, veo que la situación es mala pero no irreversible. Creo que debemos ayudar a los griegos porque les debemos toda nuestra cosmovisión social y cultural, de la democracia al teatro, de la ciencia al deporte. Además, Grecia por supuesto está ahora desorganizada, pero todos los países adolecemos de defectos que son comunes, y la Unión Europea debería servir para ayudar a compensar esos posibles fallos de un sistema social, sabiendo las virtudes que por otra parte cada país aporta. Es un tema largo de pensar y entender, pero creo que Grecia sobrevivirá, como ha sobrevivido a todo en estos siglos.
«debemos ayudar a los griegos porque les debemos toda nuestra cosmovisión social y cultural»
– Eres la portavoz de la Plataforma ciudadana de Ayuda al Teatro Albéniz, ¿cómo es para ti la experiencia de colaborar en un movimiento ciudadano como éste?
Es de las cosas que más me gustan de mi vida, pues ayudar a salvar este teatro es mi personal trabajo por este sector, al que me une una tradición familiar muy querida. Además, hacer algo por el puro bien que genera es de las cosas que más te realizan y te completan como persona. Se duerme magníficamente cuando se hacen cosas como ésta. Creo que a mis compañeros de fatigas en el movimiento les pasa lo mismo.
– ¿Cuál sería el mejor futuro para el Teatro Albéniz? ¿y el menos malo?
Me encantaría ver el Albéniz abierto, y en manos de alguna fundación cultural o institución pública que lo protegiera definitivamente, con una programación similar a la que tuvo siempre, plural, no política, de calidad. Creo que eso puede llegar a ocurrir cuando la situación económica vuelva a su normal desarrollo, y demos el paso adelante que se ha perdido ahora. Pero tampoco me importaría que el teatro se convirtiera en privado, y que un empresario solvente lo reabriera. Parece raro pero tengo siempre la sensación de que volveremos a ver el Albéniz tal y como era, dentro de algún tiempo. Hay cosas que son profundas y nunca cambian.
«Me encantaría ver el Albéniz abierto, y en manos de alguna fundación cultural o institución pública que lo protegiera definitivamente, con una programación similar a la que tuvo siempre, plural, no política, de calidad.»
– Un deseo que te gustaría que se hiciera realidad
Me gustaría que la gente pudiera en nuestro país, y en el mundo en general, conservar la felicidad sencilla que aportan las cosas más corrientes de la vida, como la llegada de la primavera o darle la mano a un niño. A menudo perdemos en seguida ese tesoro de satisfacciones que te aporta el siemple estar en el mundo, por nuestro stress, nuestra planificación monstruosa del trabajo, nuestros agobios económicos sobrevenidos sin explicación alguna, o por el mal humor que en general se vive en las ciudades. Mi deseo personal sería conservar siempre la sencilla felicidad que supone vivir sin más.
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En Twitter @evaladro
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