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Breves apuntes para una teoría del activismo cultural

A propósito de dos gestas culturales en Madrid y Buenos Aires
Por Beltrán Gambier

Beltrán Gambier es abogado, director de la Revista Intramuros y activista cultural. Ha actuado como abogado pro bono consiguiendo ganar dos causas culturales: la reapertura del Teatro Albéniz de Madrid y la obligatoriedad de la creación de un nuevo teatro donde se encontraba el Teatro Odeón de Buenos Aires. En este artículo nos habla de qué condiciones son necesarias para conseguir ganar una causa cultural.

Cuando en un país, ciudad o región aparece la necesidad de defender una causa cultural, hacen falta varias cosas.
En primer lugar, una plataforma cívica de personas que quieran implicarse. La unión hace la fuerza.
En segundo lugar, hacen falta argumentos: culturales y jurídicos. Sin ellos, poco recorrido habrá.
En tercer lugar, hace falta una asistencia letrada; si es pro bono, mejor.
En cuarto lugar, pero no por ello menos importante, hace falta una buena cobertura mediática y en redes. Sin ella, nadie se entera.
Yo tengo dos experiencias para contar, una en Buenos Aires y otra en Madrid. Y lo haré en orden cronológico.

Lo del Teatro Odeón: una batalla inconclusa

En 1991 se demolió el Teatro Odeón de Buenos Aires, justo 100 años después de su construcción.
¡Vaya siniestro homenaje!
El Odeón fue, sin duda, la catedral porteña del teatro del siglo XX. Solo a modo de ejemplo cabe recordar que allí, en 1937, Margarita Xirgu representó Yerma y Doña Rosita la Soltera, de Federico García Lorca. Otro dato: allí se realizó en 1896 la primera proyección cinematográfica de Argentina.

Una ley argentina vigente dice que cuando se tira abajo un teatro debe construirse otro. Y lo dice así (artículo 2º):

«En los casos de demolición de salas teatrales, el propietario de la finca tendrá la obligación de construir en el nuevo edificio un ambiente teatral de características semejantes a la sala demolida»

El gobierno de Carlos Menem quiso vulnerar esta ley con una artimaña jurídica. Fue entonces que, como ciudadano, vencí al Estado Nacional en la Justicia Federal Contencioso Administrativa restableciendo esa obligación, todavía incumplida. Se construyó allí una torre y se dejaron dos espacios para salas teatrales. Pero no hay allí teatro alguno hoy, como debiera.

En su día recibí el apoyo de la Asociación Argentina de Actores, pero busco hoy un apoyo cívico (y mediático) para que se produzca la ansiada reapertura. Puede ser una organización de ciudadanos, formal o informal, a los que le interese la preservación de la Cultura y el Estado de Derecho.

Lo del Teatro Albéniz: una batalla ganada

En el caso del Teatro Albéniz, que estuvo a punto de ser demolido, se dieron las cuatro condiciones que aludí al principio y todo salió bien. El teatro está abierto hoy.

Veamos:
1) Plataforma cívica: nació la Plataforma de Ayuda al Teatro Albéniz (en la que participé desde el minuto uno junto a Eva Aladro Vico, David Aladro Vico, Berta Delgado y muchos otros).

2) Argumentos culturales y jurídicos: sostuvimos que es un bien de interés cultural aunque fue protegido, en condiciones aceptables, como de bien de interés patrimonial (otra categoría legal).

3) Asistencia letrada: hubo una asistencia letrada, pro bono. La mía. Pero con la ayuda de grandes juristas, catedráticos de Derecho Administrativo, como Jesús Prieto de Pedro y Luis Ortega Álvarez.
No fueron los únicos.

4) Cobertura mediática: siempre la hubo y fue decisiva. Y fuera de las cuatro condiciones precedentes, se necesitan dos cosas más:

1) jueces que entiendan la Cultura. Los hubo en ambos casos;

2) paciencia, mucha paciencia (décadas de vida). La tenemos.

Con estas breves reflexiones invito a un debate abierto sobre el activismo cultural aquí en YANMAG y en otros medios. Tenéis la palabra.

Fin.

Más información

Beltrán Gambier en YANMAG

Beltrán Gambier y Eva Aladro sobre la reapertura del Teatro Albéniz

«Tierra de fuego» de Beltrán Gambier

Entrevista con portada