Begoña Cid – Artista

Begoña Cid - artista plastica. Proyecto 8x8 (InfinitoxInfinito) de Andrea Perissinotto.

8×8 (infinito x infinito) es un proyecto curatorial de entrevistas a mujeres artistas y gestoras culturales dirigido por Andrea Perissinotto con la colaboración de YANMAG

 

«Mis preocupaciones giran en torno a la paradoja del yo en el entorno urbano»

 

Begoña Cid trabaja en su obra en torno a la paradoja del yo en el entorno urbano: frente a la invasión permanente de los otros, la resistencia, y en ella, la posibilidad de lo íntimo. El individuo que transita en espacios arquitectónicos y geométricos que determinan sus sensaciones y sus relaciones, en los que sobrevive y en los que también consigue, por momentos, comunicarse con los demás.

Una obra donde la ciudad, con todo su poder de formas y color, condiciona nuestra vida.

 

Andrea Perissinotto sobre la obra de Begoña Cid:

«En lo que llevo de camino he ido tan rápido que casi me pierdo. He intentado despegar para alcanzarme hasta llegar a verme desde lo más alto de mis intangibles incongruencias. Sin ser más urgente o menos indispensable, he arrojado mi máscara verdadera, vibrante, venenosa, llena de suspiros y me he puesto otra que no huele a miedo, ni a coraje.

Mientras me escondo en las contradicciones, en la buena y en la mala suerte, mientras me desentiendo de mis aciertos, mientras recurro a las pastillas en el cajón, resistiendo a las contracciones de mi autonomía claustrofóbica y rebelde, pierdo toda posibilidad de formular preguntas y nos quedamos mirándonos la incertidumbre y yo sin volver a encontrar, nunca jamás, el primigenio punto de partida.

Pero hay un sitio donde me atrevo a bajar, un sitio que es inicio y es fin, también “un sitio mientras”… un lugar de residuos y recuerdos, de suspiros solapados en capas de estrés, de cansancio y espera, fastidio, paciencia, ruido, sopor y embriaguez. Ese sitio es el Metro de Madrid: debajo del bullicio de la ciudad hay otra energía en movimiento, un flujo incesante de cuerpos, de calor, de cuerpos, de respiraciones cruzadas, de cuerpos, de miradas dormidas.

Tensión, diversión, intolerancia, un asiento perdido, sonrisas, música, impaciencia, dejar salir antes de entrar; cuerpos, más cuerpos, el tren que se para de repente, cuerpos que se aprisionan… se abren las puertas. Aire frío de la calle, es de noche. Aire frío de la mañana, es hora de volver a meterse en ese delirio centrífugo de poemas titulados vidas.

Un baile cuya coreografía se ensaya en las obras de Begoña Cid, como un karaoke de colores y formas, una serpiente de gran angular deslizándose por donde la arquitectura y los transeúntes se sujetan mutuamente, definiendo un espacio conocido y nuevo a la vez, que desahoga su insomnio febril hacia cualquiera de las direcciones posibles. Un tetris aparentemente descontrolado y, sin embargo, en su palpitante agitación se gesta toda una declaración de intenciones.

Es un caos organizado en el cual coexistimos y dentro de esa anarquía de caminos cruzados la artista hace fluir sus pinturas como estados de trasformación, reuniendo la fuerza y la sutileza de unas emociones que chocan entre ellas y en ellas mismas. Como nosotros nos atascamos y fluimos entre masas que redibujan una ruta, una bandada de pájaros bajo tierra. Fragmentos de unicidades que se leen en la uniformidad de un tiempo común que nos une: el del trabajo, de una cita, del ocio o del placer del reencuentro.

Repasando los últimos diez años de carrera de Begoña, encontramos la serie Conversación (2012), en la cual sus protagonistas nos desvelan una propensión al acercamiento, una conexión espontánea… empatía amparada por una fisicidad que se manifiesta fusionando esos individuos en unos gestos de complicidad y hasta de cariño. Asimismo, nos encontramos también con la situación opuesta, cuando una actitud de total indiferencia hacia un compañero de viaje, que ocupa el asiento de al lado, se traduce en una clara señal de alejamiento. En los siguientes años, hasta 2016, las escenas cotidianas se apoderan del espacio y los cuerpos se amontonan, sugiriendo una saturación que sigue sometida a cierto equilibrio.

 

Toda prisa es vana (2015) – Begoña Cid

 

Lo vemos en Ciudad de Errantes, donde los sujetos, hieráticos o en acción, están relacionados por un ensimismamiento cuyo denominador común es el silencio. Un sosiego aparente, habitando un espacio que a veces se intuye, como puede ser una sala de espera, otras, en cambio, está más bien sugerido a través de pinceladas amplias que crean un fondo, el cual delimita y al mismo tiempo, acompaña cada historia hacia una secuencia de historias.

Íntima y febril, mágica y caótica, circense y cálida. La ciudad de Begoña Cid evoluciona, en las series sucesivas, desde el 2017 y hasta la actualizad (su más reciente exposición individual: Non somos de eiqui, se inauguró en abril de 2023 en la sala José Ángel Valiente de Ourense), descargando progresivamente la presencia de aquellos cuerpos que habían sido el fulcro de sus obras, para reubicarlos como figurantes de una arquitectura que parece tener una vida independiente.

 

No somos de aquí – Begoña Cid

 

Los personajes monocromáticos son siluetas que cohabitan la geometría del color: un panorama que se desestructura y redefine en bloques de diferentes tonalidades, invitando el espectador a ser partícipe de la escena. Pasillos infinitos, calles que no sabemos dónde nos van a llevar, pero esas incógnitas no nos asustan, al contrario, consiguen atraparnos en una dimensión reconociblemente onírica.

Estamos a gusto, casi protegidos, entre esos muros de sugestiones fugaces, rasgados con la insistencia y el abandono: las dudas, los cambios, los finales que no acaban. Quizá se trate más de inicios o incluso de reinicios, amaneciendo sobre un día tras otro, aplastando nuestro tiempo, arrugando una esquina del existir y repitiendo patrones hasta que la costumbre nos desgaste.

Begoña eleva el deseo de paz afincándolo en el hogar de la soledad, para que ese margen de duda, esa pared de papel, desde la que oímos todo sin escuchar nada, se transforme en una revelación de lo que, probablemente, ya sabemos, pero no queremos ver. Al final, los finales puede que nos libren, solo hay que atreverse a empezar.

 

Decir adiós – Begoña Cid

 

ENTREVISTA CON BEGOÑA CID

 

¿Cómo definirías tu obra?

Mis preocupaciones giran en torno a la paradoja del yo en el entorno urbano: frente a la invasión permanente de los otros, la resistencia, y en ella, la posibilidad de lo íntimo.
A partir de fotos, anotaciones, pensamientos diarios y dibujos cotidianos, creo una representación del entorno urbano paralela, cambiante, un nuevo espacio, traducción emocional y psíquica de una realidad objetiva, que se desestructura en el proceso, se rasga y deforma, se transforma, abandonando su representación más literal, para encontrar su verdadero ser.
Las relaciones interpersonales enmarcadas en el entorno, la comunicación consciente e inconsciente, la falta de comunicación aleatoria, la percepción subjetiva de los lugares comunes, y la representación de su proyección en el espacio, son algunas de las ideas desde las que planteo mi trabajo, en el que investigo asuntos que son la clave de nuestra vida urbana, como la masificación, la soledad, la incomunicación, la pérdida de identidad o la marginación personal.​

Espacios Habitables (2020) – Begoña Cid

 

El camino delante – Begoña Cid

 

Tu obra ¿tiene un sentido vinculado a la temática de la mujer o se refiere a más géneros?

En mi obra intento conectar con el pensamiento íntimo vinculado a lo que nos hace quienes somos, a la identidad individual en relación a los demás y a nuestro lugar en el mundo. En este sentido el ser mujer es un pieza fundamental ya que implica una construcción desde la vulnerabilidad y la supervivencia. Sin embargo, aunque personalmente me interesa mucho la temática feminista, no suelo tratarla de forma directa.

 

Reverberación (2020) – Begoña Cid

 

¿De qué proyecto te sientes más orgullosa hasta el momento?

Del proyecto que estoy mas orgullosa hasta este momento es “Esto No Es Una Casa”. En este proyecto he buscado alinear la experiencia de vivir
confinados, con la vida habitual en el espacio público, remarcando las similitudes entre una experiencia excepcional como fue este momento
con la vivencia diaria en el entorno que a veces es también cerrado y claustrofóbico. El desarrollo de este proyecto me ha permitido crecer, y
profundizar en las ideas que quiero contar y en su materialización.

 

ESto No Es Una Casa (2021) – Begoña Cid

 

ESto No Es Una Casa (2021) – Begoña Cid

 

¿Qué proyectos te gustaría realizar en el futuro?

Quiero iniciar una serie para pensar el espacio común como escenario, el lugar donde la vida se desarrolla como una obra de teatro. Alrededor de
esta idea va a girar mi próximo proyecto.

¿Es más complicado para una mujer artista desarrollar su carrera que para un hombre?

Absolutamente. Como en todos los ámbitos de la sociedad los hombres copan los lugares de decisión, y bien sea deliberado, o bien sea por inercia, tienen a escoger a otros hombres para los proyectos que quieren desarrollar. La discriminación está tan establecida que prácticamente no llama la atención.
Recientemente he asistido a una exposición colectiva de 50 artistas de los cuales solo 10 eran mujeres. A pesar de ser vergonzante, nadie se sonrojó.

¿Qué aconsejarías a una mujer artista que comienza su andadura profesional?

Que no espere a que otros cuenten con ella para realizar sus proyectos. Que tome la iniciativa desde el principio.

 

Tren nocturno – Begoña Cid

 

¿Qué mujeres artistas han sido referentes para ti y en tu trabajo?

Me encanta Georgia O’Keeffe, como artista y como mujer, la forma en que vivió totalmente libre y ajena a las convenciones. También son muy
fan del trabajo de las expresionistas abstractas americanas, como Perle Fine y Lee Krasner, que fueron ignoradas en su tiempo de forma muy injusta precisamente por ser mujeres, pese a que su trabajo es impactante.

¿Qué mujeres artistas recomendarías conocer?

Muchas. Aparte de las nombradas, por supuesto las clásicas como Artemisia Gestileschi o Sofonisba Anguissola cuyo trabajo es increíble, recomendaría seguir a artistas más contemporáneas que a pesar de no tenerlo fácil, o precisamente por ello, han creado obras con una visión fuera de canon que es mucho más interesante… como el uso de la identidad de Cindy Sherman o del cuerpo de Ana Mendieta. Y ya para dejarse deslumbrar, recomendaría a Maruja Mallo, cuya obra siempre me asombra y no es tan conocida como debiera.

 

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