8x8

«Busco contribuir al cambio desde la igualdad»

Beatriz Pereira es galerista y comisaria de arte. Observando la tendencia a la compra online por parte de los consumidores fruto de la pandemia y aplicando sus conocimientos se aventuró a la apertura de su propia galería de arte. Con un modelo híbrido que combina la venta a través de internet con la presencia en ferias, Beatriz Pereira condensa en la elección de sus artistas una sólida propuesta. En ella busca dar visibilidad e igualdad de oportunidades a las mujeres artistas, siempre relegadas de la historia y del mercado del arte.

Por la puesta en marcha de este proyecto interesante y valiente, que consideramos tan necesario y en consonancia con la ética de nuestra publicación, ella ha sido elegida como IV Premio Impulso a la Trayectoria Profesional YANMAG, siendo portada de este mes de noviembre. Esta entrevista forma parte de 8x8 (infinito x infinito) que busca dar presencia y difusión al trabajo de artistas y gestoras culturales, un proyecto comisariado por Andrea Perissinoto y YANMAG.

Andrea Perissinotto sobre Beatriz Pereira y su galería:

«Cualquiera que sea la libertad por la que luchamos,

debe ser una libertad basada en la igualdad»

Judith Butler

«Hace unos meses, la directora de YANMAG Berta Delgado y yo empezamos el proyecto curatorial 8×8 (infinito x infinito). Cuando difundo las entrevistas en las redes sociales, voy añadiendo algunos hashtags como #mujeresartistas o #artistasmujeres. Lo he hecho siempre con cierta naturalidad, precisamente porque se trata de un proyecto de entrevistas a mujeres artistas y gestoras culturales. Pero hoy, cuatro meses después de la primera entrega, he pensado… ¿alguna vez he usado las etiquetas #hombresartistas o #artistashombres?

La respuesta es no, nunca se me había ocurrido tener que hacer ese tipo de aclaración. Y esa negativa, que he tardado unos ciento veinte días en asumir como anómala, es, quizá, una de las razones por las que sí necesitamos hablar de perspectiva de género. Bueno, necesitamos mucho más que hablar; precisamos entender -y querer entender, por supuesto- el porqué de esta diferencia que separa los derechos de mujeres y hombres, así como, en lo que nos concierne dentro del mundo del arte, las razonas por las cuales todavía hay tan poca representación de #artistasmujeres (y esta vez sí voy a poner ese hashtag en negrita) en museos, colecciones públicas y privadas, ferias de arte y un largo etcétera que bien nos recuerdan las estadísticas que recopilan los informes de MAV – Mujeres en las Artes Visuales.

Por lo tanto, el hecho de que Beatriz Pereira haya fundado su galería con el propósito de «apoyar la creación contemporánea de artistas, dando voz a sus ideas, visibilizando sus obras y promocionando su trabajo», me parece una iniciativa totalmente en consonancia con nuestros tiempos, contemporánea en su planteamiento y de raíces necesariamente históricas, en esa lucha hacia la igualdad.

Sin embargo, ese tesón con el Beatriz ha moldeado el concepto sobre el que se funda su espacio -entendido como lugar abierto de reflexión y creación artística-, se suma a su sensibilidad, incluso diría yo que se superpone a esa fragilidad positiva que nos acompaña en los momentos de cambio, cuando nos lanzamos hacia un vacío medianamente conocido y cuyos cimientos entrevemos en la aceleración de algo que, más que una caída, aquí, es el inicio de un vuelo.

De hecho, estoy seguro que la Galería Beatriz Pereira seguirá cosechando éxitos y reconocimientos, aunque creo que el más grande de ellos ha sido el de generar una oportunidad. Me refiero a la oportunidad que esta joven galerista ha ofrecido al público que puede disfrutar de sus exposiciones, a las artistas que las hacen posibles y a lo que ha hecho por ella misma, venciendo miedos -suyos y ajenos- y emprendiendo (¡nunca mejor dicho!) ese vuelo lleno de turbulencias, pero también de días soleados que, a quienes somos de este mundo, el Arte, al final, siempre nos regala.

Mi más sincero agradecimiento y enhorabuena también a YANMAG, por tan acertada elección en la cuarta edición del Premio Impulso a la Trayectoria Profesional, en línea con el gran compromiso de la revista, y de su directora, con respecto a la paridad de oportunidades, lo cual es un reflejo directo de las buenas prácticas, en la gestión cultural, así como en cualquier ámbito de la sociedad»

ENTREVISTA CON BEATRIZ PEREIRA

– Te has formado en Historia del Arte ¿cuándo comenzó tu interés en el arte y qué supone para ti?

La sensibilidad artística me acompaña desde pequeña, recuerdo pasar horas y horas dibujando para abstraerme. Siempre ha sido una constante en mi vida, mi abuelo pinta, mi tío pinta, aunque en sus casos lo hagan como hobby, el entorno y el contacto con el arte siempre ha estado ahí. Cogía libros sobre biografías de artistas de sus estanterías y me los llevaba para leerlos ¡y siempre, siempre quería saber más! Así que tuve claro que quería estudiar Historia del Arte desde bastante jovencita; pero es verdad que, aunque nazca desde la pasión, supone todo un reto, sobre todo por esas mentalidades que relacionan arte, pasión y pasatiempo. A veces hay que mantenerse firme, aunque el camino sea duro, precario y, muchas veces hermético, también supone una lucha constante para demostrar que el arte y la cultura son profesiones tan dignas e importantes como todas las demás, y merecen ese reconocimiento.

«La sensibilidad artística me acompaña desde pequeña»

«supone una lucha constante para demostrar que el arte y la cultura son profesiones tan dignas e importantes como todas las demás, y merecen ese reconocimiento»

– También eres gestora cultural y comisaria de arte independiente, con formación en Tasación de Arte por la Universidad de Nebrija ¿qué proyectos has realizado y de cuáles te sientes más orgullosa?

Siempre me sentiré especialmente orgullosa de los primeros proyectos que conseguí siendo todavía estudiante en Cáceres, por ejemplo con Andrés Talavero, artista reconocido en Extremadura. Entrar en contacto con las prácticas artísticas actuales cuando todavía me estaba formando en la Fundación Helga de Alvear, unido al infinito entusiasmo artístico y experimental de Talavero que, aunque sabía que yo era novata, no dudó en confiar en mí y, sobre todo, en mis ganas, que han sido siempre un componente fundamental y determinante en mi carrera: ganas por conocer, aprender e impulsar el arte en la región y fuera de ella. Estos proyectos fueron desembocando en otros nuevos, por citar alguno más reciente, me gustó mucho trabajar con Lara Ruiz como comisaria de su exposición De forma estándar, donde mostró su serie CDC en DA2 Domus Artium, Salamanca, con obras que giran en torno a la escultura expandida e instalaciones; aunque la exposición tuvo lugar durante la desescalada y no pudo verse tanto como nos habría gustado; pero era –y sigue siendo– momento de reactivar la cultura, las exposiciones y animar a las personas a volverse a sumergir en los museos. De instalaciones también fue la exposición Pattern Reveal de Isabel Flores, que comisarié junto a la Junta de Extremadura en Mérida. En estos proyectos la parte relacional siempre ha tenido mucha importancia, ha sido un eslabón más del proyecto expositivo, ese contacto directo entre obra y espectador es algo que me fascina y que me encanta explorar en todas sus facetas y formatos.

«ese contacto directo entre obra y espectador es algo que me fascina y que me encanta explorar en todas sus facetas y formatos»

– ¿Cómo fue tu experiencia en la Fundación Helga de Alvear?

En la Fundación Helga de Alvear –ahora Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear– fue donde entré en contacto directo con el arte contemporáneo más actual. La colección es impresionante. Imagínate salir de la carrera, donde apenas habíamos dado arte contemporáneo y encontrarte allí en medio, rodeada de muchos de los mejores artistas de la contemporaneidad como Yayoi Kusama, Elena Asins, Dan Flavin o Donald Judd, ¡por decirte alguno! Pero la lista es interminable. Allí comencé a investigar a fondo, a analizar cada obra desde mi propia crítica y establecer un discurso que después tenía que aplicar en las visitas guiadas y talleres infantiles. Recuerdo que una de las primeras fue a un grupo de niños de 3-4 años y yo pensaba: «¿¿cómo le explico el arte contemporáneo a niños TAN pequeños??». Iba súper nerviosa porque el reto era enorme. Les mezclaba conceptos subyacentes en las obras con juegos durante el recorrido y les hacía preguntas para hacerlo más dinámico. Se lo pasaban pipa y yo aprendía muchísimo también de ellos, es una de las cosas más enriquecedoras que me llevo de esa experiencia, vivir ese contacto de los niños con el arte –para algunos de ellos por primera vez–, desde diferentes perspectivas y, sobre todo, sus ocurrencias (risas) tienen una imaginación infinita. Son el público más agradecido.

Este momento fue el que despertó mi verdadera pasión para especializarme en arte contemporáneo. También, por supuesto, aprendí muchísimo con mis tutores María Jesús Ávila y Roberto Díaz. Fue una experiencia muy completa que me va a acompañar y voy a recordar siempre con cariño.

«Este momento fue el que despertó mi verdadera pasión para especializarme en arte contemporáneo»

– ¿Cuándo decidiste que querías emprender el reto de abrir una galería de arte?

Pues prácticamente desde que empecé a trabajar me rondaba por la mente la idea de tener mi propio proyecto. Sabía que quería hacer algo, pero no el qué. Es una idea que a veces tienes que aparcar, que otras la retomas pero no te terminas de aclarar… lleva tiempo dar forma a las ideas y, sobre todo, estar 100% segura de lo que se quiere hacer.

Tener una galería de arte ha sido mi sueño desde que comencé mis estudios en Historia del Arte, viene de muy atrás; pero recuerdo que los profesores siempre nos decían que era algo prácticamente imposible de tener, porque la inversión económica es altísima. Esa idea fue la que se quedó clavada en mi memoria y, para mí, aunque quería hacerlo realidad, era un objetivo muy a largo plazo, lo consideraba solamente a futuro. Pero los tiempos cambian, ¡y de qué manera! Con la pandemia, también estamos viviendo el impulso hacia la digitalización del sector, fue en este momento cuando comencé a pensar, a planificar y vi que empezando de manera online, era algo mucho más fácil de abordar en este momento de mi vida que, además, me iba a permitir comenzar a hacerme un hueco en este mundo. Y, como muchas personas me dijeron: ¡lánzate, no esperes siempre al momento perfecto porque no existe!

«Tener una galería de arte ha sido mi sueño desde que comencé mis estudios en Historia del Arte»

«vi que empezando de manera online, era algo mucho más fácil de abordar en este momento de mi vida que, además, me iba a permitir comenzar a hacerme un hueco en este mundo»

Así que decidí zambullirme de lleno en el proyecto en enero de 2021. Al final, y aunque como bien dices es un reto, porque es un mercado muy complejo, todos los pequeños logros, las relaciones o propuestas que han surgido a raíz de esto hacen que valga la pena.

Es un proyecto que nace desde mi pasión por el arte, el trabajo mano a mano con cada artista, visitar sus estudios o espacios de trabajo, presenciar la creación de sus obras en directo, proyectar nuevas ideas y elegir –¡qué difícil es elegir!– las piezas con las que vamos a trabajar juntas para intentar promover el coleccionismo, algo que es realmente necesario, y no sólo el de grandes colecciones o grandes coleccionistas, si no acercarlo más al público de a pie, crear ese gusanillo en las personas y conseguir levantar interés por el arte a aquellas personas que, a lo mejor, nunca lo habían tenido. Todo esto hace que me sienta muy completa, son pequeños logros pero muy importantes para mí.

Creo que hay un gran cisma entre las personas que no pertenecen al mundo del arte y las galerías, y es una línea que me he propuesto empezar a difuminar. Desde estas cuestiones: “no entiendo el arte contemporáneo”, “¿cuánto cuesta entrar en una galería de arte?” “¿tengo que comprar algo obligatoriamente si entro?” o “el arte es demasiado caro para mí”, siempre intento aclarar y ayudar a ampliar la visión sobre el arte. Siendo consciente del gran desconocimiento que existe hacia nuestro sector, un desconocimiento al que probablemente el propio mundo del arte –que siempre ha sido muy hermético– haya contribuido, tengo como objetivo acercar el arte contemporáneo, hacerlo más accesible y ver que, no por ser una obra de arte es automáticamente prohibitiva; hay un extenso abanico de precios, obras, formatos, etc., o que nadie te va a morder si entras en una galería de arte solo a mirar. ¡Al contrario! En esas galerías trabajan personas que están invirtiendo mucho tiempo y dinero en presentar propuestas novedosas todos los meses y que, en su mayoría, estarán encantadas de explicar al visitante todo lo que necesite con el objetivo de que alcance a comprender a la obra y al artista. Intento, también, hacer llegar el mensaje de que no hay que tener miedo a preguntar, porque todo el interés es siempre bienvenido, ya no sólo al galerista o comisario, si no a los propios artistas.

Al final, todo esto requiere de un enorme compromiso y vi que podía unirlo a mi proyecto de galería de arte online. En conclusión, una maravillosa forma de abordar todos estos temas, condensarlos y de fomentar las buenas prácticas en este sector, pero, sobre todo, comenzar.

«hay un gran cisma entre las personas que no pertenecen al mundo del arte y las galerías, y es una línea que me he propuesto empezar a difuminar»

«todo esto requiere de un enorme compromiso y vi que podía unirlo a mi proyecto de galería de arte online»

– ¿Cómo surgió la idea de crear la galería con perspectiva de género?

Por supuesto el proyecto de galería de arte no se quedaba solamente en todo lo que he contado, trabajamos en un sector con una muy alta precarización laboral, empezando porque los honorarios de los artistas cuando se les ofrece hacer una exposición son prácticamente inexistentes; así como muchos presupuestos, siempre ajustados y reducidos.

Todo esto se une a que la representación de las mujeres en el arte y la cultura, y, en general, se mueve siempre en porcentajes ridículos. Haciendo referencia a Linda Nochlin, muchas nos preguntamos ¿por qué no ha habido grandes mujeres artistas?. Durante nuestra formación, leemos libros, manuales, artículos especializados… en los que prácticamente solo aparecen nombres masculinos, así como cuando recorremos las cartelas de una exposición o de una gran feria de arte.

Mediante informes como los de Mujeres en las Artes Visuales (MAV) queda patente que, por ejemplo, en las carreras artísticas el número de mujeres estudiantes es mucho mayor, entonces ¿por qué en el terreno de lo laboral los porcentajes son tan inferiores? El número de mujeres artistas representadas en los grandes –y no tan grandes– museos, en las colecciones, en las galerías y ferias de arte, pero también el de profesionales: galeristas, directoras, comisarias, críticas y un largo etcétera es visiblemente menor. No se les conoce, pero están ahí, o están intentando llegar a esos puestos pero la brecha salarial, la maternidad y conciliación, el techo de cristal, y un sinfín de temas más, a la mujer siempre se lo pone infinitamente más difícil. Aunque se esté empezando a cambiar el chip en este sentido, queda muchísimo trabajo por hacer y con este proyecto quería precisamente contribuir a este cambio. Aumentar, de manera real, el porcentaje de representación de mujeres artistas, y de mujeres profesionales que puedan, de una vez, permitirse vivir de su trabajo. Es un camino duro y, tristemente, largo, que espero recorrer de la mejor manera posible, pero siempre con muchas ganas de potenciar y alcanzar el cambio.

«en las carreras artísticas el número de mujeres estudiantes es mucho mayor, entonces ¿por qué en el terreno de lo laboral los porcentajes son tan inferiores?»

«queda muchísimo trabajo por hacer y con este proyecto quería precisamente contribuir a este cambio»

– Has optado por un modelo de galería con venta online pero con presencia en ferias de arte, ¿está cambiando el mercado y la manera de coleccionar arte?

Decidí lanzarme con una propuesta novedosa y que se adapte a estos momentos de transformación. En los últimos años se ha producido un boom hacia lo online y, como ya he comentado, está tomando ahora más fuerza que nunca. Utilizamos la compra online para prácticamente todo, ¿por qué no para el arte? El arte está muy ligado a la presencialidad, es algo innegable, pero hoy en día existen mil maneras y posibilidades de acercarnos al arte de forma virtual, incluso los museos se están poniendo las pilas para digitalizar sus catálogos y crear recorridos virtuales, al igual que muchas galerías. Y eso, al fin y al cabo, hace accesible el arte a todas aquellas personas que no se pueden trasladar a estos centros, ya sea para investigar o sólo para contemplar. El rechazo virtualidad-arte debe empezar a romperse, porque la imagen –que es algo que estoy trabajando mucho en el proyecto y considero esencial– nos permite ver todos los detalles de una obra a través de la pantalla con calidad y definición. Además, es una manera que, como decía, permite llegar a un público mucho más extenso para así fomentar el tan necesario coleccionismo emergente.

No obstante, sé que hay un camino por recorrer y desde el principio quise unir mi idea de galería online a la presencialidad en ferias de arte o realizando alguna muestra física. El mercado del arte tiene un núcleo muy centralizado en las ferias, es aquí donde el público puede entrar en contacto directo con las obras y con los artistas, al igual que nosotros con ellos. Se conocen personas, desvirtualizas a muchas otras, algo que siempre es muy emocionante y se crean grandes vínculos profesionales y de amistad; además de otras propuestas o proyectos que pueden surgir de estos contactos. Así que, lejos de ser el punto principal de venta y contacto con coleccionistas para las galerías, hay todo un mundo de experiencias que lo rodea. Por último, confieso que otra ventaja que tiene para mí la asistencia a ferias es poder viajar y conocer diferentes ciudades. Siempre quise un trabajo que me permitiera viajar mucho, y esto unido al arte, lo hace aún más emocionante todavía.

«Utilizamos la compra online para prácticamente todo, ¿por qué no para el arte?»

«desde el principio quise unir mi idea de galería online a la presencialidad en ferias de arte o realizando alguna muestra física»

– ¿Qué acogida está teniendo el proyecto?

Estoy muy feliz con la acogida que está teniendo, tanto de conocidos como de personas que no conocía y que me escriben para darme la enhorabuena, decirme lo mucho que les gusta… ¡incluso algunos me han mandado su currículum para trabajar conmigo! Y son cosas que te llenan de ilusión. Parece mentira que en tan solo dos meses el proyecto haya crecido tanto, haya recibido tanto feedback, aparecido en medios… Es algo que motiva muchísimo para continuar, porque recibo cada comentario con cariño y alegría.

Tenemos ya colaboraciones en el horno, nuevas ferias a la vista y muchísimas propuestas que estoy deseando llevar a cabo, y que estoy segura de que desembocarán en otras nuevas.

– ¿Cuáles son las artistas a las que representáis y cómo fue el proceso de selección?

Mi proceso de selección al igual que, por lo general, el de todas las galerías es el criterio propio. Una selección curada de artistas y obras, que es un proceso de los que más me gustan, desde el momento en el que descubro su trabajo, algo hace click! y pienso: ¡quiero trabajar con ella!, ponernos en contacto, seguir de cerca y mano a mano todo su proceso creativo es precioso.

Actualmente, forman parte de la galería cinco artistas en representación: Clara Barquín, Isabel Flores, Marina Benito, Monica Mura y Virginia Rivas. Artistas con las que ya había trabajado o que conocía muy de cerca su obra o trayectoria y tenía muchísimas ganas de trabajar con ellas. En el caso de las artistas extremeñas (Virginia Rivas e Isabel Flores), presencia esencial en este proyecto, ya que nace en Extremadura como galería joven para promocionar y proyectar el arte actual dentro y fuera de la región, las tuve claras desde el principio. Había trabajado con ellas, tenemos una relación profesional muy sólida y desarrollan proyectos artísticos de una calidad excepcional.

El trabajo de Clara Barquín lo conozco y sigo de cerca desde hace mucho tiempo. Es una artista emergente que ha completado su formación artística hace poco, pero con unas propuestas increíbles y una delicadeza que solo he podido encontrar en ella. A Marina Benito también le seguía la pista, en su caso, había trabajado hasta ahora la ilustración botánica desarrollando proyectos por su cuenta o para marcas como Vogue. Con la galería, ha decidido dar el salto a la pintura en medio y gran formato, algo novedoso en su trayectoria y con lo que se siente cada vez más cómoda. Conocí la obra de Monica Mura hace un año y desde entonces no dejaba de estar al día de todo lo que hace como performer y también su trabajo en fotografía, textil y pintura. Me atrae mucho la combinación de tonos neutros (el blanco y el negro) con los pigmentos dorados y cómo todas sus obras guardan un tinte reivindicativo. Siempre he tenido claro que quería trabajar con ella.

Volviendo a Extremadura, actualmente cuento con María Jesús Manzanares, primera artista en colaboración con la galería, procedente de Plasencia, mi ciudad natal. También la conocía desde hace tiempo y habíamos tenido contacto en numerosas ocasiones. Manzanares trata en sus obras el tema de la mujer, la memoria y lo rural desde diferentes formatos como el arte textil, la pintura o el collage (entre otros).

Mi idea es que el proyecto se mantenga activo con colaboraciones cada ciertos meses. Y, más adelante, por supuesto me gustaría contar con nuevas incorporaciones.

– ¿Cómo es el equipo de personas que colabora contigo y de qué manera trabajáis?

Para mí es fundamental el apoyo y colaboración entre profesionales, ya sea de este o de diferentes ámbitos. He contado con la visión de expertas en desarrollo web y diseño, en fotografía, en comunicación… Cuando vuelva a incorporar la consultoría también contaré con un pequeño equipo profesional para llevarlo a cabo. Creo que tejer este tipo de redes es muy importante, crear sinergias, contar con el trabajo de otras personas que se hayan formado para llegar donde uno no puede llegar, porque es imposible saber de todo; así que agradezco enormemente todo el trabajo impecable de Noelia Jiménez –de Lovestyle Comunicación– con la identidad visual y la web de la galería; de Myriam González, gestora fiscal que me salva la vida como autónoma constantemente y me da la tranquilidad de estar haciéndolo todo bien en el ámbito legal que me corresponde; Paula Rosell, una fotógrafa con un talento que me tiene impresionada o Marina P. Villarreal, con todos sus conocimientos en comunicación. Son pilares que juntos, hacen que el proyecto haya tomado la forma que tiene en la actualidad.

– ¿Cómo te gustaría ver la galería dentro de 5 años?

Soy una persona de objetivos realistas, creo que es fundamental a la hora de sacar adelante un proyecto. No tengo prisa en alcanzar grandes metas, creo que cada cosa llega en su momento. En 5 años me gustaría haber conseguido un fomento real del coleccionismo joven y emergente, posicionarme como la primera galería con perspectiva de género en España y una presencia más sólida en ferias nacionales y, quizá empezar a moverme por alguna feria internacional. Abrir mi propio espacio físico en Madrid, ¿en 5 años? ¡Pues ojalá! Sé que es algo que acabará sucediendo cuando sea su momento. Por ahora, voy poco a poco y disfrutando cada paso del camino y cada pequeño logro.

«No tengo prisa en alcanzar grandes metas, creo que cada cosa llega en su momento»

«voy poco a poco y disfrutando cada paso del camino y cada pequeño logro»

– ¿Qué proyectos te gustaría realizar en el futuro?

Al margen de la galería, como comisaria independiente sigo trabajando y creando una red de profesionales con los que me encantaría desarrollar proyectos diferentes. Tengo algunas exposiciones a la vista dentro de Extremadura, algo que también quiero seguir haciendo en el futuro. Para mí es fundamental apoyar la creación artística extremeña y conseguir sacar adelante proyectos en la región para enriquecer –aún más– el panorama cultural.

En general, continuar con el comisariado de exposiciones es algo vital, porque es una parte de mi profesión que me encanta y disfruto muchísimo. Pero también me encantaría generar, ya sea a través de la galería, o con instituciones u otras plataformas, otro tipo de propuestas culturales como jornadas, actividades… mano a mano con mis compañeras y compañeros de profesión como Marisol Salanova, Semíramis González o Nerea Ubieto, entre otras muchas, profesionales que admiro muchísimo y con las que me gustaría trabajar algún día.

– ¿Cómo te sientes al ser elegida IV Premio Impulso a la Trayectoria Profesional YANMAG?

Pues emocionada y a la vez sorprendida, es algo que no me esperaba pero que es una inyección de energía ahora mismo. Desarrollar una trayectoria profesional es algo muy complicado, ya que, como yo misma digo: es construir un camino poniendo tú cada baldosa; por eso, este reconocimiento me anima y motiva muchísimo para continuar, y espero que también pueda motivar a otras personas que, como yo, estén empezando. Es un trabajo difícil y constante, pero que merece la pena el esfuerzo, también cada caída y equivocación, nos sirve para aprender y como yo me considero en un aprendizaje constante, estoy deseando ver a dónde me lleva y cómo evoluciona todo de cara al futuro. Así que mil gracias por este impulso, me habéis dado mucha fuerza.

«este reconocimiento me anima y motiva muchísimo para continuar, y espero que también pueda motivar a otras personas que, como yo, estén empezando»

– Un deseo que te gustaría se hiciera realidad

Pedir un deseo es complicado. Hay tantos frentes e injusticias que, por desgracia, podría escribir todo el día sin llegar a abarcarlos en su totalidad.

En la parte laboral que me concierne, desearía que el trabajo profesional artístico y cultural estuviera remunerado de una forma digna, ya que eso significaría tener el reconocimiento que merece y poder erradicar la frase “por amor al arte”, al igual que deseo no tener que enfrentarnos a la expresión “eso no tiene salidas”.

Pero un deseo que ocupa a diario mi cabeza es el de que todas las personas lean a referentes del feminismo. Quizá, así podríamos estar más cerca de alcanzar la igualdad real, ya no sólo en la representación de la mujer en el terreno laboral, si no en todos sus sentidos y en muchas mentalidades que aún niegan que esta desigualdad exista; también ayudaría a eliminar otros problemas extensibles al género como son la violencia o la discriminación. Que se deje a cada persona ser: como quiera y lo que quiera. Que podamos crecer en lo personal y profesional sin presiones sociales ni ajustándonos a ritmos y estándares preestablecidos. Me gustaría eliminar la palabra “normal” para hablar de las personas y construir una sociedad inclusiva donde sentirnos cómodos, sin compromisos que, sobre todo, tratan de agradar a otros por encima de nuestras preferencias y posibilidades.

«Que se deje a cada persona ser: como quiera y lo que quiera. Que podamos crecer en lo personal y profesional sin presiones sociales ni ajustándonos a ritmos y estándares preestablecidos»

«Me gustaría eliminar la palabra “normal” para hablar de las personas y construir una sociedad inclusiva donde sentirnos cómodos»

Más información

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Informes de MAV – Mujeres en las Artes Visuales

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