«La filosofía da alas y contexto»
Nerea Blanco Marañón es filósofa, escritora, divulgadora y fundadora de Filosofers, una plataforma bajo la que ofrece cursos, conferencias y debates, además de una cuidada selección de libros y productos diseñados por ella entorno a la filosofía y las humanidades.
Enfocada en recuperar el pensamiento crítico como forma de vida, transmite a sus seguidores y alumnos las herramientas que aporta la filosofía para afrontar los diferentes problemas que se nos plantean a diario.
Con rigor y profesionalidad, Nerea Blanco comunica de manera cercana, accesible y también con sentido del humor en diferentes redes sociales, donde se ha convertido en referencia para miles de seguidores. Conversamos en YANMAG con ella para descubrir su trabajo y su vinculación con la filosofía.
– ¿Cuándo comenzó tu interés por la filosofía y cómo influye en tu vida?
Lo que recuerdo es cuando comenzó mi pasión por las preguntas extrañas, esas que sentía que no podía hacerle a nadie sin que me sintiera un bicho raro. Fue a los 10 años. Empecé por aquel entonces a pensar en el valor de las decisiones, de la belleza, el miedo al futuro e incluso, el miedo a la muerte. Desde ese momento creo que ya estaba destinada a buscar respuestas. Al final, gracias al impulso de mis padres, entré en la carrera. Y aunque no pensé que fuera a dedicarme profesionalmente a ella, al final he llegado hasta aquí. La filosofía ha marcado mi manera de mirar el mundo. Algo que puede verse en mi libro Filosofía entre Líneas.
«La filosofía ha marcado mi manera de mirar el mundo»
– ¿Por qué las personas necesitan la filosofía y cómo acaban acercándose a ella?
Cuando uno se siente perdido, trata de buscar caminos. Ante determinadas preguntas, se buscan determinadas respuestas. Y la vida nos llena de problemas, de preguntas, de misterios que vamos solventando. Algunas de esos problemas acerca de lo que llamamos “crisis existenciales”, que son algo así como «¿Qué estoy haciendo con mi vida?» pueden llevarnos hacia la filosofía. De hecho, hasta hace poco era donde buscábamos algo así como consuelo. Pero es cierto que ahora existe una especie de “filosofía rápida” como existe la “comida rápida” que no alimenta, que solo rellena un hueco. Nadie querría comer siempre comida rápida, pero últimamente con los libros de autoayuda, que no es más que filosofía rápida, parece que todos están cada vez más dispuestos a alimentarse de ese modo. Mi labor es intentar ofrecer un camino hacia la filosofía de verdad, la que alimenta, la que realmente nos da pilares para seguir construyendo nuestra vida.
«existe una especie de “filosofía rápida” como existe la “comida rápida” que no alimenta»
«Mi labor es intentar ofrecer un camino hacia la filosofía de verdad, la que alimenta, la que realmente nos da pilares para seguir construyendo nuestra vida»
– ¿En qué momento y por qué razón fundaste Filosofers?
Siempre he sentido que igual que yo tuve la suerte de llegar a encontrarme con la filosofía, había que intentar que mucha más gente tuviera ese interés. No porque la filosofía lo necesite, sino porque creo que la sociedad la necesita. Creo que la filosofía no es ese mundo oscuro, complicado y lúgubre que muchos piensan e incluso transmiten. Creo que la filosofía da alas y contexto. Da espacios de belleza para crear vidas más ricas, más humanas, e incluso diría que hasta puede hacerlas más felices. Estaba harta de las tazas de Mr.Wonderful y ese mundo de coaches que solo buscan recetas fáciles para problemas difíciles. También me hartaba el cinismo y la crítica constante. Así que decidí crear un espacio para intentar llevar la filosofía a su lugar: a las calles y sacarla de las aulas; un lugar desde el que pensar con más calma, con más humor, con cierto aire canalla. Un espacio para disfrutar de la filosofía en comunidad.
«Estaba harta de las tazas de Mr.Wonderful y ese mundo de coaches que solo buscan recetas fáciles para problemas difíciles. También me hartaba el cinismo y la crítica constante»
«decidí crear un espacio para intentar llevar la filosofía a su lugar: a las calles y sacarla de las aulas»
– ¿Cómo es tu trabajo diario al frente del proyecto y cómo consigues abarcar tantos frentes diferentes?
Filosofers es un proyecto que tiene varias patas: la tienda, la divulgación y mi labor como escritora. Todo ello conlleva tareas que van desde diseñar estrategias, llevar las cuentas para pensar dónde y cuándo invertir, mantener la web y la tienda online, realizar envíos, llevar las redes, participar y crear eventos…. No ha sido fácil compaginar tantas tareas tan diferentes. Cambiar el chip de “empresaria” a “filósofa”, o de “diseñadora” a “community manager”. Hay que ser muy estricta con los tiempos que se dedica a cada labor, hay que estructurarse para no hacerse un lío con todos los cables, con todos los frentes. Y hay que conseguir sacar tiempo para estar también al día y también tener la mente alerta para no perder el foco. No ha sido tarea fácil, pero poco a poco he conseguido (con ayuda de PunkElisabeth y sus lecciones de estrategia y productividad) organizar todo y poder realizar todas las tareas sin que me terminen comiendo.
– En los cursos que impartes ¿qué es lo que más te ha sorprendido en el diálogo que estableces con tus alumnos?
Cuando he dado cursos presenciales el feedback ha sido alucinante. Se crean unos vínculos preciosos porque nos descubrimos haciéndonos preguntas los unos a los otros que a veces no nos habíamos hecho nunca o que incluso no hemos sabido ni cómo formularlas. Nos sentimos unidos ante una causa común: comprender y aprender. Algo que parece de raros, algo que de repente podemos hacer sin ser juzgados. El diálogo se vuelve real, no hay necesidad de “tener razón” sino que buscamos “usar la razón”. Y es increíble lo que puede aprenderse si uno está dispuesto a escuchar a otros.
«Se crean unos vínculos preciosos porque nos descubrimos haciéndonos preguntas los unos a los otros»
«Nos sentimos unidos ante una causa común: comprender y aprender»
– ¿Por qué te decidiste a escribir tu libro Filosofía entre líneas y cómo has desarrollado tu pensamiento filosófico?
El libro fue en realidad una propuesta editorial. Siempre lo digo porque hay algo que he tenido claro: no quiero generar ruido innecesario. Si algo se hace, tiene que tener un valor propio y tiene que estar bien hecho. En este sentido vi que tenía algo que aportar: mi visión y mi manera de vivir la filosofía. Creo que la filosofía está en todas partes y ligada a todo lo que nos rodea (música, cine. literatura, viajes, paseos…) y tiene mucho que ofrecernos para vivir mejor.
El libro está escrito en un formato diferente al habitual. Tiene algo así como tres voces: la narrativa (doy contexto, acción, situación vital en la que traigo los filósofos de nuevo a la vida), la ensayística (doy mi punto de vista sobre la actualidad) y la explicativa (intento contar las ideas de los grandes filósofos para el gran público).
Es un ensayo escrito para quien normalmente no lee ensayos. Es un libro pensado para acercar a la filosofía desde una perspectiva más vital, más actual, más ligada al día a día de cada uno de nosotros. No me centro en un solo tema, pero sí que hablo de todo desde una perspectiva actual y con un aire rebelde al tiempo que esperanzador. Tiene 9 capítulos y cada uno de ellos hace referencia a un aspecto de la realidad. Está escrito para que sea un libro para tratar de desentrañar las emociones y razones que nos guían en nuestra vida, una vida llena de incertidumbres y frustración pero también de belleza, palabras y relaciones que pueden llegar a dotarnos de esperanza.
«hay algo que he tenido claro: no quiero generar ruido innecesario»
«Si algo se hace tiene que tener un valor propio y tiene que estar bien hecho»
– ¿Cuáles son los problemas éticos que más te han interesado en este periodo de pandemia y cómo podrían resolverse?
Este periodo de confinamientos y nueva normalidad, este momento concreto parece un fin de época. Estamos atravesando un tiempo en el que vemos sin demasiada dificultad qué eslabones de nuestra sociedad están fallando. Y uno de ellos es claramente que nos falta en occidente una ética más comunitaria.
Nos han ido enseñando que no hace falta pensar en la comunidad, que la clave es el éxito, el que uno solo sea su propio jefe, que hacer las cosas en soledad es posible. Pero es necesario recordar que no somos individuos aislados y que a eso que llamamos libertad y que nos permite tener nuestro espacio de actuación y desarrollo, es algo que se genera en comunidad. Somos animales políticos, de polis, de vivir en ciudades, de necesitar regular mediante leyes la convivencia. Somos seres que nos movemos en una cultura, en unos espacios con otros.
Olvidar al otro es olvidarse de uno mismo. Y la pandemia ha puesto de relieve esa necesidad de cuidar al otro para cuidarse uno mismo. Pero ya no sabemos. Seguimos creyendo que ser libre es hacer lo que se quiera. Es olvidarse de que somos sujetos, que estamos sujetos por otros, que hay una relación de intercambio, de crecimiento, de desarrollo gracias a esos otros sujetos. Vivimos en una época en la que la idea de identidad y de individualidad ha ido ganando terreno a la idea de comunidad. Que tiene mucho de hermoso, pero también su lado peligroso. Porque ahora lo estamos pagando.
«la pandemia ha puesto de relieve esa necesidad de cuidar al otro para cuidarse uno mismo. Pero ya no sabemos. Seguimos creyendo que ser libre es hacer lo que se quiera»
«Vivimos en una época en la que la idea de identidad y de individualidad ha ido ganando terreno a la idea de comunidad»
Somos seres políticos y somos seres éticos. Tomamos decisiones pensando en la idea de bien y mal, y cada vez somos más reticentes a creer en grandes valores, en grandes ideas, pensamos que todo es relativo y que las ideas de bien y de mal ya no tienen sentido. La ética se nos va desmoronando al tiempo que nos creemos seres aislados.
Eso sí, la pandemia ha provocado que tengamos que recuperar la idea de comunidad y la necesidad de pensar en los otros y en lo que es bueno y malo. Nos ha puesto de cara contra un espejo de lo que significa ser seres humanos libres. Somos seres frágiles y que necesitamos de los otros. Somos-seres-con-los-otros. Y ahora nos tocará pensar si queremos seguir relativizando o retomar posturas que nos permitan navegar más seguros. Nos toca repensar lo que significa ser persona, ser sujeto, ser individuo. Nos toca mirar hacia donde queremos caminar como seres humanos.
«la pandemia ha provocado que tengamos que recuperar la idea de comunidad»
– ¿De qué manera la estética afecta a la ética y viceversa?
Hasta hace poco se ha creído que hay una relación entre la verdad, la bondad y la belleza. Ya desde Platón ese trío de conceptos parecían ir unidos. Hoy en día no queremos verlos así. Algo que sea bueno no tiene por qué ser bello y viceversa. Nos hemos desencantado respecto a la belleza como algo a buscar por ser algo bueno, de hecho con tanta búsqueda de belleza, con tantos cánones que nos han estado marcando tendencias, hay de hecho una lucha por desenlazarlos.
La belleza actualmente oculta lo verdadero, la belleza nos miente. Lo bello parece incluso que ya no es bueno. Pensemos en las redes sociales, en Photoshop, en los filtros de Instagram. Hay exceso de belleza que oculta lo real. Sentimos que todo es mentira en el mundo virtual, es como una nueva caverna de Platón.
Pero aun así creo que no podemos dejar de buscar ni lo bello ni lo bueno. Así que en ese sentido tienen mucho en común. Tenemos amor por el placer estético y también por el placer de sentir que hacemos el bien. Somos seres amantes de la ética y la estética. Lo que sucede es que a lo mejor toca desintoxicarnos un poco de tanta belleza y recuperar de nuevo la búsqueda ética. Una ética que nos permita construir un mundo más justo y no solo un mundo que se está reduciendo cada vez más al infantilismo, que se simplifica en dos bandos: el de los buenos y el de los malos. Un mundo que no permiten construir, sino destruir.
– Un deseo que te gustaría se hiciera realidad
La paz en el mundo. #MesientounaMiss
(risas)
«Somos seres amantes de la ética y la estética»
«Lo que sucede es que a lo mejor toca desintoxicarnos un poco de tanta belleza y recuperar de nuevo la búsqueda ética»
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