«Canadá me ha cambiado para siempre, vivir en una ciudad en la que todas las razas y religiones pueden convivir en paz cambia tu forma de ver el mundo»
Marta Keller – Coordinadora de operaciones y gestora de proyectos culturales
Marta Keller es gestora cultural especializada en difusión de patrimonio. Con 23 años ya se embarcó en su primera empresa de visitas guiadas, una experiencia que le aportó madurez suficiente para abordar un gran cambio profesional posterior, su traslado a Canadá. En Toronto trabaja como coordinadora de operaciones de la Sur Gallery y es coordinadora de programación de Paralia, una asociación sin ánimo de lucro que ayuda a artistas extranjeros a desarrollar su actividad creativa profesionalmente en Canadá.
Marta es una persona inteligente y segura que hace la conversación interesante y llena de matices. En la charla nos transmite con claridad sus ideas y muestra su gran capacidad para absorber e interpretar el rico entorno multicultural que le rodea en la ciudad canadiense. En esta entrevista nos habla de su viaje profesional y personal.
– Te formaste en Cultura y Turismo en Alicante, ¿qué te hizo decidirte por estos estudios?
Estudiar la Diplomatura en Turismo fue una decisión que tomé cuanto tenía apenas 16 años, fue casi vocacional. Pensé que era la mejor manera de trabajar en algo que me permitiría descubrir nuevos lugares y conocer otras gentes y culturas. Como a esa edad uno no conoce muy bien el mercado laboral, opté por estudiar la carrera en uno de los principales destinos turísticos del país, Alicante. Tras terminar la carrera de Turismo y el Experto Universitario en Información, Interpretación y Guía Turístico, me presenté a la habilitación de guía turístico de la Comunidad Valenciana y aprobé, así que me dediqué a realizar visitas guiadas por la ciudad de Alicante y alrededores durante un tiempo. Cuando comencé a ejercer de guía me di cuenta de lo poco que sabía de cultura en general. Tenía una buena base de historia local, pero me faltaba el contexto en el que ubicar esa historia. Así es como me decidí a estudiar la Licenciatura en Humanidades y adquirir conocimientos mas generales tanto de historia, como de geografía, arte, o antropología.
– Dirigiste tu propia empresa de Visitas Guiadas en Alicante ¿qué aprendiste de esta experiencia?
Aprendí que ser emprendedora es una de las opciones laborales más duras pero la que resulta más gratificante. Poner en marcha una empresa requiere una serie de habilidades y conocimientos que no adquieres en la universidad, sino que aprendes a base de experiencia. Un emprendedor tiene que hacer mil cosas distintas en su día a día: marketing, ventas, atención al cliente, diseño de producto, adaptación del producto a las necesidades del cliente, finanzas, establecer relaciones con clientes potenciales… eres una mujer orquesta, tocas todos los instrumentos a la vez intentando que suenen al unísono. Cuando mi socia y yo comenzamos esta aventura yo tenía tan sólo 23 años. Esta experiencia me proporcionó la madurez necesaria para enfrentarme a las tareas de otros puestos de trabajo y comenzar nuevos proyectos.
«Un emprendedor tiene que hacer mil cosas distintas en su día a día (…) Esta experiencia me proporcionó la madurez necesaria para enfrentarme a las tareas de otros puestos de trabajo y comenzar nuevos proyectos.»
– Hace cuatro años te trasladaste a Toronto, por qué decidiste emigrar?
En mi caso fue un 50% por necesidad y un 50% por el deseo de vivir en otro país. Yo tenía trabajo en Alicante, pero mi pareja no, así que decidimos que era un “ahora o nunca”, si no dábamos el salto ya nunca lo daríamos. Surgió la posibilidad de emigrar a Canadá, ya que teníamos amigos asentados en diferentes ciudades en el país, así que solicitamos los visados correspondientes, hicimos las maletas y nos vinimos. Además, gracias a una beca, yo había estudiado inglés en Toronto durante un mes hace algunos años así que nos decidimos por esta ciudad.
– ¿Qué ha supuesto este cambio personal y laboralmente?
Como en casi todos los países del mundo, trabajar en el sector cultural en Canadá no es imposible pero es muy complicado, suele haber pocas oportunidades y en muchas ocasiones se trabaja por horas o por proyectos. Laboralmente, me supuso empezar de nuevo. Yo venía con experiencia en el sector turístico y ahora quería cambiar al sector cultural. Gracias al posgrado que estudié en Toronto, he podido dedicarme a la gestión cultural de manera profesional, algo que no había podido hacer durante los años que viví en Alicante.
Personalmente, emigrar ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. No voy a negar que el destino influye enormemente, Toronto es al fin y al cabo un oasis, no solo en Canadá sino en la provincia de Ontario, ya que el 50% de sus habitantes han nacido en otro país y está por ello considerada una de las ciudades más multiculturales del mundo. Aquí el acento no es un problema, pero no es el caso en el resto del país. Esta experiencia me ha cambiado para siempre, vivir en una ciudad en la que todas las razas y religiones pueden convivir en paz cambia tu forma de ver el mundo. Hay problemas, como en todos los sitios, pero se habla de ello, cosa que facilita el diálogo entre las diferentes comunidades, y te hace ver los privilegios de los que disfrutas por el hecho se ser europeo y caucásico.
– Bajo tu punto de vista, ¿cómo es su vida cultural? ¿es mayor el interés por las artes en Canadá que en España?
La verdad es que no me atrevería a compararlas. Yo sólo conozco en profundidad el caso de Toronto, que es la capital económica del país. Aquí la vida cultural es muy activa. Sin embargo, si lo comparas con sus vecinos del sur, y las grandes ciudades de EEUU, Toronto está todavía un paso por detrás, debido en mi opinión a la idiosincrasia del país, que es enorme en extension y está infrapoblado por el clima. En España no trabajé en gestión cultural y tampoco viví en una gran urbe cultural, al fin y al cabo Alicante era ante todo un destino de sol y playa y la cultura pasaba a un segundo plano.
Lo que sí puedo afirmar, es que hay un mayor interés por financiar las artes y la cultura. Nadie cuestiona que se deba pagar una entrada de un museo, una charla, o realizar una donación a una organización sin ánimo de lucro. Los sueldos son más altos y eso permite que haya más dinero en movimiento, forma parte de su día a día.
«hay un mayor interés por financiar las artes y la cultura. Nadie cuestiona que se deba pagar una entrada de un museo, una charla, o realizar una donación a una organización sin ánimo de lucro»
– Has sido estudiante internacional en el programa Culture and Heritage Site Management en el Centennial College ¿por qué optaste por esta titulación y qué te aportaron estos estudios?
Cuando llegué a Toronto estuve trabajando en trabajos no cualificados y en seguida me di cuenta de que iba a tener que estudiar aquí para que las titulaciones que traía de España se valoraran. Yo había estudiado el Posgrado en Gestión y Políticas Culturales de la Universitat Oberta de Catalunya pero no tenía experiencia, y mucho menos experiencia en Canadá, que es lo que piden para acceder a trabajos más cualificados. El posgrado de Centennial College me abrió las puertas a una nueva profesión en un nuevo país. Fue un programa de 8 meses en el que aprendí cosas como: obtener subvenciones/fondos públicos para proyectos, conseguir patrocinios de empresas y donaciones privadas, contabilidad, establecer relaciones con otras organizaciones… es un programa que te ayuda a materializar en habilidades reales algunos de los conocimientos que adquieres en la universidad.
«El posgrado de Centennial College me abrió las puertas a una nueva profesión en un nuevo país (…) es un programa que te ayuda a materializar en habilidades reales algunos de los conocimientos que adquieres en la universidad»
– Desde que te trasladaste a Toronto has tenido contacto con personas de diferentes nacionalidades, trabajando para Heritage Toronto ¿qué labores realizabas allí?
Realicé las practicas del posgrado de Centennial en Heritage Toronto, una organización cuya programación ofrece mayoritariamente visitas guiadas por la ciudad para dar a conocer su patrimonio, tanto material como inmaterial. Durante mis prácticas, diseñé una visita guiada y desde entonces he colaborado con esta organización como guía local, realizando visitas guiadas en español e inglés para estudiantes de Inglés o English as a Second Language students, aquellos que acaban de llegar al país y están empezando a familiarizarse con el idioma.
– Eres Co-fundadora de Paralia Newcomer Arts Network, una asociación sin ánimo de lucro especializada en ayudar a artistas que quieren asentarse en Canadá ¿qué problemas encuentran estos artistas habitualmente al trasladarse?
Tras finalizar el programa de Centennial, otras dos compañeras y yo decidimos fundar esta organización para apoyar a artistas que se han visto obligados a emigrar a Canadá con la intención de facilitar su proceso de inserción y adaptación a un nuevo panorama artístico. El proceso de emigración supone un cambio total de vida: en muy pocos casos esto ayuda a ser más creativo; generalmente, el artista se encierra en su casa y abandona su práctica artística, centrándose en buscar un trabajo poco cualificado que permita pagar las facturas a final de mes. Normalmente se trata de artistas en edad adulta, que no consideran estudiar de nuevo, cosa por la que suelen optar los mas jóvenes.
La barrera del lenguaje tampoco ayuda, si apenas puedes defenderte en otro idioma es complicado que le puedas contar qué te inspira y por qué hacer lo que haces a otra persona. En Canadá el marketing supone un 30-40% de la labor del artista y para solicitar subvenciones hay que presentar propuestas bien elaboradas. Y ahí es donde interviene Paralia.
«El proceso de emigración supone un cambio total de vida: en muy pocos casos esto ayuda a ser más creativo; generalmente, el artista se encierra en su casa y abandona su práctica artística, centrándose en buscar un trabajo poco cualificado que permita pagar las facturas a final de mes»
– En este momento estás trabajando en Sur Gallery ¿cómo está enfocada la galería y cuál es tu misión en ella?
Sur Gallery es un proyecto de LACAP (Latin American Canadian Art Projects), es la primera galería en Toronto dedicada a la exposición y propuesta crítica de arte contemporáneo de América Latina. Como administrator, mi trabajo consiste en gestionar la logística del día a día de la galería y de su programación, así como la coordinación con los artistas, el marketing, los eventos especiales, inauguraciones, mantenimiento de la pagina web y redes sociales… hago un poco de todo. Trabajo bajo las órdenes de la curadora y directora artística de la galería, Tamara Toledo, quien además se encarga de la planificación estratégica a largo plazo.
– Personal y laboralmente, ¿qué echas de menos de España y qué no cambiarías de tu vida en Canadá?
Echo de menos a la familia, a los amigos, a las largas conversaciones de domingo después de una barbacoa. Emigrar te hace cambiar tu forma de ver la vida y la perspectiva de muchas de las cosas que quizás no valorabas antes. Echo de menos una vida más relajada, más acorde a la cultura española, en Toronto la vida es menos pausada y a veces tienes la sensación de que tu agenda está siempre completa.
Por otro lado, no cambiaría la jornada continua, la baja maternal de un año para las mujeres que deciden ser madres, las oportunidades profesionales a largo plazo, conocer a personas de un país distinto cada día, los debates y conversaciones sobre el papel del arte a la hora de crear una sociedad más multicultural, que no se critique a la gente por su apariencia, la posibilidad de establecer lazos profesionales con América Latina, la sensación de pertenecer a una comunidad… esta es sólo una mínima parte de las cosas que me hacen feliz.
– ¿Qué proyectos te gustaría realizar en el futuro?
Me gustaría poder acercar el arte y las colecciones museísticas a una audiencia adulta e inmigrante. Creo que las artes y la cultura pueden ayudar con el proceso de adaptación e integración de los más de 300.000 inmigrantes que recibe Canadá al año.
«las artes y la cultura pueden ayudar con el proceso de adaptación e integración de los más de 300.000 inmigrantes que recibe Canadá al año»
– Un sueño que te gustaría se hiciera realidad
Supongo que mi sueños son los de toda persona que trabaja en este sector: por un lado, la disponibilidad de mayor financiación y fondos para las artes y la cultura; por otro lado, que este sector reciba el reconocimiento e importancia que merece por su papel protagonista en nuestra condición de seres humanos y sociedad.
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