«En periodismo -y quizá en la vida- no hay derrotas definitivas»
Ignacio Peyró es escritor, periodista, traductor y Director del Instituto Cervantes de Londres. Ha desarrollado su trabajo entorno al análisis político, la cultura y la gastronomía. Como escritor ha publicado Pompa y circunstancia. Diccionario sentimental de la cultura inglesa (Fórcola, 2014), La vista desde aquí. Una conversación con Valentí Puig (Elba, 2017) y de Comimos y bebimos. Notas de cocina y vida (Libros del Asteroide, 2018) y Ya sentarás cabeza. Cuando fuimos periodistas (Libros del Asteroide, 2020).
Ha sido fundador de revistas como Ambos Mundos y The Objetive, director de Nueva Revista y como columnista publica en los principales diarios y revistas nacionales e internacionales, como El País, El Mundo, ABC, La Vanguardia o National Geographic, entre muchos otros.
Desde hace tres años dirige el Instituto Cervantes de Londres con gran éxito, consiguiendo solventar las dificultades originadas por la pandemia.
En esta entrevista conocemos su amplia trayectoria profesional.
– Eres periodista y escritor ¿cuándo empezaste a interesarte por esta profesión y qué significa para ti?
Imagino que desde pequeño ya sabía -y se sabía en la familia- que ingeniero o veterinario no iba a ser. El periodismo -el de los periódicos- sí me llamó siempre la atención, en cambio. Era un tiempo aún en que el mero hecho de “leer el periódico” era importante, casi una afirmación cívica e intelectual. A la vez, esos sueños de infancia necesitan el cribado de la adolescencia y la primera juventud: la mayor parte de quienes quisieron ser guitarristas o poetas malditos luego terminaron en una gestoría o similar. Buena o mala idea, he podido ser periodista en el campo cultural y también como corresponsal político. No puedo quejarme. Un privilegio. La literatura viene por otra parte, aunque -como es tradición en España- uno se acogía al periodismo como excusa para leer y escribir.
«he podido ser periodista en el campo cultural y también como corresponsal político. No puedo quejarme. Un privilegio»
«uno se acogía al periodismo como excusa para leer y escribir»
– Colaboras como columnista de opinión en los principales diarios y revistas nacionales e internacionales, como El País, El Mundo, ABC, La Vanguardia o National Geographic, entre muchos otros ¿cómo es trabajar para diferentes medios y de qué manera adaptas tu estilo?
Creo que precisamente uno solo puede colaborar con medios tan distintos cuando lo que les puedes aportar es tu propia voz. Otra cosa es que tu voz también cambia algo con los años.
– Eres autor de Ya sentarás cabeza. Cuando fuimos periodistas (Libros del Asteroide, 2020), un recorrido sobre tus primeros años como corresponsal político en Madrid. Con tu experiencia profesional, ¿qué consejo te darías a ti mismo si volvieras a empezar?
Bueno, que en periodismo -y quizá en la vida- no hay derrotas definitivas.
– Siempre interesado en la cultura, fuiste fundador y director de la revista Ambos Mundos ¿cuál fue la motivación para desarrollar este proyecto?
Nos contactó UNIR, la Universidad Internacional de La Rioja. Hace de esto ya diez años, y me alegra que algunas de las plumas que luego iban a dar más que hablar -de Bustos a Arias Maldonado- ya anduvieran por allí. En Renacimiento se publicó una antología de la revista, por cierto.
– Fuiste director de la edición digital Nueva Revista y confundaste The Objective ¿qué particularidades tuvo cada trabajo?
Nueva Revista es una revista histórica, fundada por don Antonio Fontán. En la web se trataba de atraer nuevo talento y creo que eso -junto a la propia factura de una nueva web- lo logramos. Ahora la lleva un gran periodista, Juan Carlos Laviana. The Objective siempre fue distinto: se trataba de encontrar las mejores plumas para la opinión de un diario que buscaba acoger un espectro amplio de voces de distintas familias ideológicas.
– Dentro de la comunicación política has asesorado a diferentes personalidades ¿cómo es trabajar en esta área y qué dificultades se presentan?
A mí me gustó mucho, tanto por el lado humano -el teatro de la política- como por lo que uno podía vivir y, ante todo, lo que podía aprender como periodista interesado en tener una idea de cómo funciona el mundo. El trabajo es divertido aunque a la larga divierte menos. Las dificultades vienen tanto del propio ambiente -si es muy competido, por ejemplo, internamente- como de lo que decía Macmillan: “los acontecimientos, muchacho, los acontecimientos”. O sea, lo que escapa a nuestro control.
«me gustó mucho, tanto por el lado humano -el teatro de la política- como por lo que uno podía vivir»
«Las dificultades vienen tanto del propio ambiente como lo que escapa a nuestro control»
– También dentro del ámbito de la comunicación, has sido durante cinco años asesor en Presidencia del Gobierno llegando a dirigir la Unidad de discursos ¿cómo fue esta etapa para ti y qué supuso profesionalmente?
Un honor y un orgullo y una gran ocasión para el aprendizaje de la complejidad de la cosa pública. Desde Moncloa se ve todo el Estado. Por supuesto, es distinto estar en estos lugares si tienes ambición política o si no la tienes, como era mi caso. Por supuesto, juzgué que la posibilidad de un trabajo como este -aunque luego no fuera tan cinematográfico- era única. Es un trabajo entretenido y a la vez requiere de una cierta gravitas.
– Además de ser traductor de lengua inglesa, como escritor has publicado libros relacionados con la cultura británica como Pompa y circunstancia. Diccionario sentimental de la cultura inglesa (Fórcola, 2014) ¿cuándo comenzó tu atracción por el Reino Unido y su cultura?
Bueno, creo que a cualquiera que le interesen ámbitos como la literatura, la arquitectura o la política irá topando con lo británico aquí y allá. A mí me gusta desde siempre, pero ser anglófilo no es incompatible con, qué sé yo, ser francófilo. Simplemente vi que se podía escribir un libro -y un libro muy largo- y el editor lo apoyó. Pero le fui con varias ideas distintas.
«cualquiera que le interesen ámbitos como la literatura, la arquitectura o la política irá topando con lo británico aquí y allá»
– Llevas tres años trabajando como Director del Instituto Cervantes en Londres ¿cómo fue trasladarte a vivir allí y trabajar para esta institución?
Londres es una gran capital internacional, y al mismo tiempo una ciudad agradable y exigente, con códigos a los que hay que hacerse. El Cervantes es un magnífico invento y una institución capaz de hacer un trabajo valiosísimo: llegamos uno por uno, llegamos a los corazones y las cabezas de las personas y establecemos vínculos duraderos con las mejores instituciones.
«El Cervantes es un magnífico invento y una institución capaz de hacer un trabajo valiosísimo»
«llegamos uno por uno, llegamos a los corazones y las cabezas de las personas y establecemos vínculos duraderos con las mejores instituciones»
– Como gestor cultural ¿cuál es el balance que haces de estos años al frente de esta institución?
Vamos a tope. Estoy muy contento. En términos de interlocución institucional, programación cultural e impacto académico, creo que estamos a un ritmo muy, muy bueno -aunque muy exigente. Y, como dirían aquí, “the sky is the limit”: no podemos darnos por satisfechos, hay mucho campo aún.
«Estoy muy contento. En términos de interlocución institucional, programación cultural e impacto académico, creo que estamos a un ritmo muy, muy bueno -aunque muy exigente»
«como dirían aquí, “the sky is the limit”: no podemos darnos por satisfechos, hay mucho campo aún»
– ¿De qué manera afecta el Brexit a las relaciones culturales con España y cómo pueden fortalecerse estos lazos?
Puede ser una oportunidad para fortalecer los lazos bilaterales. Véase que hoy y no antes hemos firmado un convenio con el British Council. Sí será bueno se arbitren medidas para que, por ejemplo, artistas y compañías puedan circular sin problema.
– ¿De qué parte de tu carrera profesional te sientes más orgulloso hasta el momento y qué proyectos te gustaría realizar en el futuro?
Instituto Cervantes. Lo que me gustaría es dejar el centro -que siempre ha estado bien- como nunca ha estado de bien.
– ¿Cómo es tu vida en Londres y tu tiempo libre allí?
Todo ha cambiado mucho con la pandemia. Antes tenía actos casi cada noche; ahora los sigo teniendo, pero delante del ordenador. El equipo humano ha funcionado de modo admirable, con una moral y un compromiso altísimos. Eso se ha notado no solo en haber mantenido la nave a flote, que ya hubiese sido bastante, sino en haber conseguido una adhesión entusiasta de nuestros estudiantes y el mantenimiento de un programa cultural ambicioso. Creo que no podremos mirar a este tiempo sin algo de admiración y afecto. A efectos internos -gestión, trabajo de equipo, compromiso, vocación comercial- esta catástrofe ha sacado lo mejor de nosotros mismos. En cuanto a tiempo libre, un par de sábados al mes me gustaba ir a sitios de Inglaterra que no conocía -esto, antes de la pandemia. Por lo demás, leer y escribir.
– Un deseo que te gustaría se hiciera realidad
Como escritor, lo que siempre interesa es seguir escribiendo -y leyendo- y publicando en buenos lugares.
«Como escritor, lo que siempre interesa es seguir escribiendo -y leyendo- y publicando en buenos lugares»
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